La mayor defensa que tiene Commerzbank frente al interés de Unicredit por hacerse con él es la cotización. Bueno, y el Gobierno alemán, que mantiene un 12% del capital del banco. De momento, el CEO de Unicredit, Andrea Orcel, se tiene que contentar con el 29% de la entidad alemana, que está bien, pero es insuficiente para los objetivos del italiano.

La primera señal de debilidad de Commerzbank fueron los resultados de los nueve primeros meses del año, en los que ganó 1.888 millones de euros, un 2% menos que el año anterior, por el aumento de los impuestos. El banco tuvo que abonar 830 millones a las arcas públicas, un 2,8% más que el año anterior.

Lo cierto es que el negocio siguió avanzando con fuerza y el beneficio operativo se disparó un 21,2%, hasta la cifra récord de 3.442 millones, gracias, principalmente, a las comisiones.

Decíamos que la mayor defensa de la entidad alemana es su cotización y es aquí donde ha mostrado cierta debilidad, al caer casi un 16% desde los máximos alcanzados en agosto. El banco italiano, por su parte, sólo ha caído algo más de un 9% desde la misma fecha en la que también alcanzó máximos.

El objetivo de Orcel es hacerse con Commerzbank a través del intercambio de acciones con Unicredit. El banco italiano capitaliza algo más de 98.100 millones de euros en bolsa, frente a los 36.200 millones del alemán.

La batalla está en pleno apogeo. Un canje excesivamente elevado para Unicredit podría no gustar a sus propios accionistas, mientras que la estrategia de Commerzbank de contentar a los suyos con más dividendos, podría comprometer el futuro del banco, provocar una caída de la cotización y ponerse definitivamente a tiro del italiano.

Mientras tanto, el Consejo de Supervisión de Commerzbank sigue investigando la reunión secreta entre su exCEO, Manfred Knof, y Orcel, en septiembre de 2024, pocos días antes de que Unicredit comenzara a comprar acciones de Commerzbank.