Nada nuevo bajo el sol. En su reunión de marzo, celebrada este jueves, el BCE decidió mantener los tipos de interés tal y como están desde el mes de octubre. Así, el tipo de referencia para las operaciones de refinanciación sigue en el 4,5%, la tasa de depósito, en el 4% y la de facilidad de préstamo en el 4,75%.

Fráncfort decidió no mover ficha tras la decisión de la FED de mantener los tipos de interés en Estados Unidos. “El comité no espera que sea apropiado reducir el rango objetivo hasta que haya adquirido una mayor confianza de que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia el 2%”, afirmó Jerome Powell el miércoles. El presidente de la Reserva Federal (FED) adelantó que bajará los tipos “en algún momento de este año”, pero no concreto más.

Christine Lagarde, sin embargo, marcó en rojo el mes de junio: el BCE sabrá un poco más en abril, “pero sabremos mucho más en junio”, señaló. “Hubo un amplio acuerdo general sobre el hecho de que obtendremos muchos más datos e información en junio”, sentenció.

Durante su intervención, Lagarde mostró su preocupación por las subidas salariales y el efecto de segunda ronda que pueden provocar sobre la inflación. Sin embargo, nada dijo sobre la elevadísima deuda pública de los países del euro, especialmente España, deuda pública que sí contribuye a la subida de los precios. Pero sobre eso, nada de nada.

Es más, el BCE sigue respaldando a los políticos irresponsables que, como Sánchez, continúa aumentando la deuda pública. Este jueves, sin ir más lejos, el Tesoro colocó 6.568 millones de euros en bonos y obligaciones a 5, 7, 8, 10 y 15 años. Eso sí, a unos intereses ligeramente más bajos que en la anterior subasta, pero en el entorno del 3,5%, que es un interés muy elevado. El cupón de las obligaciones a 15 años fue del 2,05%.

Lo importante, y lo grave, es que el BCE continúa apoyando el endeudamiento irresponsable de los gobiernos. Así, seguirá reinvirtiendo íntegramente el principal del montante adquirido dentro del programa de compras de emergencia frente a la pandemia, durante la primera mitad del año. No será hasta después del verano cuando comience a reducir la cartera en 7.500 millones de euros mensuales. El objetivo es finalizar las reinversiones en diciembre de este año. En definitiva, la economía del euro sigue dopada. En cuanto al programa de compra de activos (APP), el BCE continúa reduciéndolo y ya ha dejado de reinvertir el principal que va venciendo.

Según Fráncfort, 2024 cerrará con una inflación del 2,3% (frente al 2,7% de las previsiones de diciembre), que bajará hasta el 2% en 2025 (frente al 2,1% anterior) y al 1,9% en 2026. La subyacente (sin energía ni alimentos frescos) será del 2,6% este año, del 2,1% en 2025 y del 2% en 2026.