El BBVA presentó en la tarde del viernes a la CNMV la solicitud formal para lanzar la OPA sobre el Sabadell. No ha cambiado nada respecto a la que presentó el 9 de mayo, ni en forma ni en fondo. Nada de efectivo y mismo canje de acciones.

La OPA, que ha pasado de amistosa a guerra abierta, ha tenido varios hitos durante la semana. Los dos más significativos: la entrevista a Onur Genç en Expansión y la advertencia del Sabadell a sus inversores de la potencial pérdida de negocio y talento.

No conocemos el final de la historia, pero estamos más cerca del fracaso que del éxito del banco que preside Carlos Torres. De hecho, las palabras del consejero delegado, que no dijo nada nuevo, sonaron a rendición, como publicamos en estas mismas pantallas.

El caso es que, tras la aparición estelar de Onur, el Sabadell remitió a la CNMV -jueves 23- el Documento de Registro Universal, en el que alerta de dos riesgos: “Posibles pérdidas de personal cualificado del Grupo Banco de Sabadell en busca de otras oportunidades profesionales ante el riesgo de pérdida de su empleo en el caso de prosperar la OPA” y “posibles pérdidas de oportunidades de negocio como consecuencia de las limitaciones a la actuación de los órganos de administración y dirección de Banco de Sabadell durante la pendencia de la OPA”. Además, alerta sobre “otros potenciales efectos adversos en la evolución de los negocios del Grupo Banco de Sabadell derivados de la OPA”, afirma el banco en el documento.

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Por cierto, el Sabadell no tiene tan claro que la operación vaya a durar los 6-8 meses que prevé el BBVA. “En este momento no es posible prever la duración del proceso de revisión regulatoria y autorización por la CNMV de la OPA”, asegura, corrigiendo al banco que preside Torres.

Carlos Cuerpo también ha sido protagonista. El ministro de Economía, Comercio y Empresa volvió a referirse a los impactos “lesivos” de la operación y ha delegado la decisión a la CNMV de Rodrigo Buenaventura y la CNMC de Cani Fernández. Serán ellos los que tendrán que dar su veredicto a una operación con impactos "lesivos", según el Gobierno. ¿Comprenden? Sea como fuere, Cani lo tiene más fácil porque la Autoritat Catalana de la Competència (ACCO) ya ha dado su opinión y no es favorable, por el “incremento del grado de concentración” y porque supone un “riesgo elevado para la competencia en el sector bancario en Cataluña”.

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Pero si algo ha logrado la OPA, y puede ser histórico, es unir a PSOE y PP. Y es que Alberto Núñez Feijóo aseguró el jueves, en la reunión anual del Cercle d’Economía, en Barcelona, que “cuando un banco que está muy imbricado en una sociedad va bien, es rentable y no cuestiona ni la solvencia del propio banco ni del sistema financiero, hay que tener razones muy poderosas para autorizar una fusión”. Eso sí, también aclaró que “necesito conocer el informe de la CNMV, el de la CNMC y el del Banco Central Europeo”. Así cualquiera.