La economía española está dopada con dinero público que sale del bolsillo de los contribuyentes. Así lo confirmaron las proyecciones macroeconómicas publicadas este martes por el Banco de España. Esto recoge el informe, acerca del crecimiento del cuarto trimestre de 2023:

“También sorprendió el elevado dinamismo que presentó el consumo público; un vigor que habría propiciado que esta partida aumentase un 3,8% en el conjunto de 2023, una tasa superior a las observadas en 2020 y 2021 durante el período de mayor incidencia de la crisis sanitaria”.

Y, por si fuera poco, junto al elevadísimo gasto público, “tanto el consumo privado como la formación bruta de capital fijo se comportaron peor de lo esperado”. En otras palabras, el Gobierno está maquillando el crecimiento económico con un gasto público tan elevado que supera, incluso, al del período excepcional de la pandemia. Agárrense que vienen curvas.

De esta manera, el Banco de España revisa al alza (+0,3%) el crecimiento para 2024 y lo sitúa en el 1,9%, el mismo que para 2025. La inflación bajará un 0,6% este año y cerrará en el 2,78%. En 2025 estaremos en el 1,9%.

Lo más grave: la economía española está dopada por el gasto público, un gasto público insostenible en el tiempo. De hecho, ya vamos tarde.