Lo cuenta un agricultor de la Ribera Navarra. No encuentra jóvenes españoles que quieran trabajar en el campo y para recoger las cosechas -enseguida empieza la temporada- ha de contratar jornaleros, en su mayoría marroquíes. Me cuenta que lo hace a pesar de que sabe cómo le responderán: primero convendrá con ellos un salario y un día después de iniciada la recolección, cuando ya no pueda dar marcha atrás, los marroquíes le dirán que les mejore las condiciones o le dejarán tirado. Y tendrá que ceder si no quiere perder la cosecha.

Esto es la realidad del campo español, lo que está ocurriendo, pero la noticia es que la ministra comunista de Trabajo, Yolanda Díaz, asegura que va a acelerar el plan de inspección contra el fraude en el campo y en los ERTE. Lo segundo estaba condenado, no al fraude, sino a su desembocadura natural: cuándo obligan a un restaurante a echar el cierre ya puede pagarle el Estado el 70% del salario a los trabajadores que el empresario quebrará igualmente: todos los gastos y un 30% de los gastos de personal (menos, porque hablamos del neto) frente a cero ingresos. Con lo cual, el compromiso de no despedir se está resolviendo en los tribunales como despido legal y/o cierre por razones económicas. Vamos, porque la empresa ha cerrado. Y con esa jetadura que caracteriza al Gobierno Sánchez, encima el Ejecutivo vende los ERTEcomo todo un éxito progresista del llamado “escudo social”. En esto de poner nombre los comunistas son unos verdaderos ases.

Encima, los guetos magrebíes extorsionan al agricultor español: o les paga más o le dejan tirado en mitad de la recolección

Pues es igual, fuentes de la Inspección comunican a Hispanidad que la ministra sádica, doña Yolanda, piensa relanzar su plan contra el fraude tanto en materia de los ERTE -aquí no hay un plan preconcebido como tal sino un intento de aplicación de una norma imposible- como en el campo, que ya está contratando jornaleros, sobre todo marroquíes, para la época de recolección.

Ahora bien, la realidad es la que relataba el agricultor navarro. Encima, el plan con el que el ministro Planas llegó al Ministerio: rescatar a agricultores parados españoles, ni se va a intentar este año. Era un buena idea, pero resultó un fracaso porque consistía en ofrecer a agricultores españoles prejubilados, o simplemente parados, del medio rural, la posibilidad de seguir cobrando el subsidio público y sumar a ello un trabajo privado en la recolección. El ministro de Agricultura, Luis Planas, no se atreve a dar los resultados, pero las malas lenguas de su Departamento (de las más afiladas de toda la Administración) aseguran que no consiguió ni el 1 por 100 de los enganches previstos. La gente prefería cobrar menos, el mero subsidio de subsistencia, pero continuar sin dar golpe.

Y el plan con el que el ministro Planas llegó al Ministerio, rescatar a agricultores parados españoles, ni se va a reintentar. Preferían cobrar menos por no trabajar

En plata: España se ha convertido en un país de vagos… y de extorsionados. En el pecado llevamos la penitencia. Un país que se respeta poco a sí mismo, acostumbrado a la subvención y a la prejubilación… y encima con un Gobierno que protege al extorsionador marroquí mientras inspecciona al extorsionado español.

Y el caso es que el problema tiene fácil solución, salvo para una comunista como la ministra Yolanda Díaz: si quiere usted acabar con el fraude laboral reduzca los impuestos. Las cuotas sociales que desaparezcan directamente y el IRPF de las rentas mínimas también. Verán de qué forma, si bajan o anulan -mejor esto último- los impuestos que gravan el empleo se acaba el fraude laboral en un santiamén… y aumentan la contrataciones legales y el empleo.

Nos hemos convertido en un país de vagos… extorsionados por el magrebí

Claro que, seguramente eso se lo prohíbe su credo comunista.

Y si la pregunta es: ¿Cómo se pagarían las pensiones? La respuesta es con IVA.