Uber perdió 8.512 millones de dólares (unos 7.766 millones de euros) en su año fiscal de 2019.

Logró unos ingresos de 14.147 millones de dólares, por encima de los 11.270 millones facturados en el ejercicio anterior, pero aun así los gastos superaron de largo la facturación.

En cuanto a los clientes, estos llegaron en en septiembre a los 111 millones de usuarios mensuales activos en todo el mundo, un 22 % más que en estas mismas fechas del año pasado.

Del dinero ingresado por la firma durante los pasados nueve meses, tres cuartas partes (el 74,25 %) provino de su negocio base, el transporte de personas en automóviles. Además, la entrega de comida y de paquetes son las actividades en las que la empresa experimentó un mayor crecimiento, con una subida de la facturación interanual del 71 y del 74 %, respectivamente.

El consejero delegado de Uber, Dara Khosrowshahi, aseguró que sus planes avanzan más rápido de lo previsto y que el objetivo de conseguir un trimestre con beneficios se ha adelantado a finales de 2020.

«Nuestro progreso en 2019 y nuestros planes para 2020 me dan la confianza necesaria para lanzar un reto a nuestros equipos y acelerar nuestro objetivo de beneficios antes de intereses e impuestos al cuarto trimestre de 2020», dijo Khosrowshahi. Hasta ahora, el objetivo de salir de los números rojos estaba fijado para 2021.