Hoy sale a flote en los astilleros de Cartagena el primer submarino diseñado y construido íntegramente en España, el S-81. A este primer buque de una serie de cuatro se le llamará, como no podía ser de otra manera, con el nombre del inventor español del submarino, Isaac Peral.

La empresa pública española Navantia ha sido la encargada de la construcción de este buque, que ha sufrido retrasos por complicaciones técnicas, como por ejemplo la detección de un sobrepeso de entre 75 y 100 toneladas, que podía comprometer la reserva de flotabilidad. Para resolver este problema Navantia, recurrió al «asesoramiento técnico de un socio tecnológico» extranjero, General Electric Boat, una filial de la estadounidense General Dynamics y proveedor habitual de la US Navy, que participó en el proyecto original, cuenta Wikipedia.

Este problema supuso una retraso en la entrega del buque, así como un sobrecoste de 900 millones por submarino.

La colaboración americana permitió rediseñar las naves, que alargaron casi diez metros su eslora, y establecer nuevos criterios técnicos, organizativos y de uso de nuevas tecnologías, algunos de ellos basados en procedimientos de ingeniería de la NASA, afirma La Verdad de Murcia.

Según informa Navantia, el S-81, que llevará el nombre ‘Isaac Peral’, es el primer submarino diseñado y construido íntegramente en España y, por lo tanto, es una clara apuesta por el desarrollo tecnológico nacional, lo que potenciará la independencia estratégica de la defensa del país y la proyección internacional del tejido industrial español.

El programa S-80 es el mayor reto industrial y tecnológico afrontado por la industria de defensa nacional

Con este programa, España entra en el reducido grupo de nueve países que pueden diseñar y construir submarinos, un desafío enormemente complejo puesto que se trata de buques que deben operar de forma autónoma en un entorno hostil. Por lo tanto, requieren conocimientos altamente especializados en disciplinas diversas y una base industrial y tecnológica de apoyo extremadamente cualificada.

El programa S-80 es el mayor reto industrial y tecnológico afrontado por la industria de defensa nacional. Navantia da un enorme salto tecnológico, ya que asume por vez primera el rol de Autoridad Técnica de Diseño y se completa el ciclo de la evolución tecnológica: pasar de construir en España con diseño extranjero a construir en España con diseño propio, añade Navantia.

Los submarinos S-80 tendrán una eslora total de 80,8 metros, un diámetro de 7,3 metros y un desplazamiento en inmersión de alrededor de 3.000 toneladas. Entre sus aportaciones tecnológicas destacan el sistema de combate y control de plataforma de Navantia Sistemas, y un sistema de propulsión anaeróbico revolucionario desarrollado por Navantia que aporta gran sigilo en inmersión, denominado BEST-AIP. Este sistema de propulsión independiente de la atmósfera le permitirá obtener energía eléctrica, a partir de pilas de combustible que utilizan tecnología procedente del sector aeroespacial, a cualquier profundidad. Así, podrá permanecer semanas sin salir a cota periscópica, lo que mejorará su discreción, principal atributo de un submarino.

Los S-80 serán, por lo tanto, los submarinos convencionales (no nucleares) más avanzados del mundo, lo que ha despertado el interés de varias marinas de otros países y ha abierto una puerta al mercado internacional en un sector altamente tecnológico, explica Navantia.

La ceremonia de puesta a flote, amadrinada por la Princesa Leonor, se ha desarrollado junto al taller en el que se ha construido el submarino antes de que se iniciara el proceso por el que éste se trasladará al agua mediante un dique inundable. Esta maniobra, que requiere varias horas, se realizará en los días siguientes como acto de trabajo en el astillero.

Una vez puesto a flote, darán comienzo las actividades de pruebas de puerto y, posteriormente, las pruebas de mar, que incluyen navegación en superficie e inmersión hasta alcanzar la cota máxima. La primera navegación del S-81 está prevista a principios de 2022 y su entrega a la Armada un año después.

El programa S-80 ha supuesto un salto cualitativo para Navantia, que se sitúa en primera línea del mercado internacional de submarinos convencionales, con ofertas activas en varios países. Lo es también para la industria colaboradora, ya que en el programa S-80 participan un centenar de empresas de 11 comunidades autónomas diferentes.

Genera empleo directo, indirecto e inducido para más de 6.000 personas y un impacto anual en el PIB español (contribución directa, indirecta e inducida) superior a los 250 millones de euros, de los que más de 80 millones son aportación directa al PIB regional (el 1% del PIB de Murcia), conclie Navantia.