PSA ha logrado mantener la rentabilidad en el primer semestre, pese al desplome de su beneficio neto (-81,6%), hasta 376 millones de euros, y de la caída de la facturación (-34,5%) a 25.120 millones, provocados por la crisis del coronavirus. En dicho periodo, las ventas se han situado en poco más de 1,033 millones de vehículos, lo que supone un 45,7% menos que hace un año, y prevé para este año un mercado a la baja en Europa (-25%), Rusia (-30%), Hispanoamérica (-30%) y China (-10%).

No obstante, el grupo automovilístico francés (dueño de las marcas Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall) aspira a una “sólida recuperación” en la segunda mitad del año, en palabras de su CEO, el portugués Carlos Tavares. Pero no sólo eso: también quiere “completar el nacimiento de Stellantis antes del primer trimestre de 2021”, que como saben, será el nuevo grupo que nazca de su fusión con el italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles (FCA).

La cifra de negocio del primer semestre se ha situado en 25.120 millones de euros, de los que la división Automóvil ha aportado 19.595 millones (-35,5%). Por su parte, el beneficio operativo corriente ha sido de 517 millones (-84,5%) y el margen operativo se ha situado en el 2,1%, aunque en la división automovilística ha sido del 3,7% y se mantiene el objetivo de que este sea superior al 4,5% en el periodo 2019-2021. Eso sí, el beneficio operativo corriente de Banque PSA Finance ha sido de 463 millones (-9,7%) y el del fabricante de componentes Faurecia (PSA controla el 46% del capital) ha arrojado unas pérdidas de 159 millones.