Consejo de Ministros del martes 31 de marzo. Salen a escena el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, junto a la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño y la que se quedó sin vicepresidencia, la portavoz y titular de Hacienda, María Jesús Montero.   

Tercer paquete de medidas. “Más de 50”, aclara la vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño, (primando la cantidad sobre la calidad). Pero ninguna de esas medidas propicia el crecimiento económico, son tan sólo subvenciones públicas para pasar la crisis que provoca el coronavirus, multiplicada por el cerrojazo industrial decretado por el Gobierno.

El sectarismo de María Jesús Montero: rinde tributo a los empleados públicos, a los privados no  

Y ahí tenemos a don Pablo Iglesias, el gran triunfador, un comunista envuelto en la Constitución de 1978, de la que citó no menos de media docena de artículos. Y así nos demostró, fehacientemente, que todas las subvenciones aprobadas hoy por el Gobierno responden a un derecho constitucional. 

Porque Pablo Iglesias no es un mentiroso, sólo un poco exagerado, un hombre que dice la verdad, nada más que la verdad pero no toda la verdad.

Ejemplo de su exageración permanente: el “confinamiento salva vidas”. Y suprimir los automóviles, también, sólo que llevaría a la ruina a decenas de sectores, no sólo a los fabricantes de coches. Por eso no se suprimen por decreto.

Más exageraciones: el patriotismo no es otra cosa que “la defensa de lo común”. Pero dentro de esa comunidad hay dos elementos: los privados, que se ganan su dinero, y los políticos, que juegan, siempre, indefectiblemente, con el dinero de los demás y que acostumbran, como don Pablo, a ser extraordinariamente generosos y clementes… con ese dinero de los demás, con nuestro dinero.     

Más exageraciones podemitas: Créditos a tipo cero para pagar alquileres, con vistas a cumplir el “derecho constitucional a la vivienda”. Claro que existe ese derecho… que no conlleva la obligación de proporcionar una vivienda a todo el mundo, porque una cosa es tener derecho a comprar una vivienda y otra que te la regalen o que te paguen el alquiler… con el dinero de los demás.

También la constitución consagra el derecho al trabajo, pero eso no significa que podamos exigir el trabajo que más deseamos.

Es el problema de un Gobierno donde Pablo Iglesias se ha impuesto a Nadia Calviño y donde todo se arregla con dinero público. Y ojo, no dinero público para crear empresas, dinero público para pagar subvenciones y comprar votos. Seguimos en el reparto de la miseria.

En el entretanto, medidas dulces: seis meses sin desahucios, no te pueden corta la luz, el agua o el gas. Eso sí, no te obligan a condonar el pago, sólo lo retrasan. Es decir, un crédito, al igual que los créditos a tipo de cero para pagar el alquiler… sorprendente el cariño que los neocomunistas sienten

Sin embargo, para los más creativos, por ejemplo, los autónomos, no hay ayuda alguna: sólo retrasar el pago de cuotas, pero no condonarlo. El Gobierno no ayuda crear riqueza pero, eso sí, reparte la miseria.

Ideología de la exageración: “el confinamiento salva vidas”. Y eliminar los automóviles, también

¿Y cómo se va a financiar? Con deuda pública, naturalmente. La técnica de Podemos siempre es la misma: arruinar al que crea riqueza con su esfuerzo y ayudar a quien lo necesita (es correcto en una urgencia  pero hay que explicar cómo se financia) pero, después ojo al dato, perpetuar la subvención.

¿Exagero? No, el que exagera es don Pablo: en la misma rueda de prensa, recordó que ya está en marcha el salario social, la renta única, es decir, el salario para alimentar vagos… que pagarán los que no son vagos. Y eso no tiene nada que ver con el coronavirus.

¿Y las empleadas del hogar? Todas tendrán derecho a una prestación de más o menos 450 euros (la misma cifra de la renta única), tengan o no derecho a ella. Hombre, a lo mejor, si la subida del salario mínimo -una buena medida- no hubiera ido acompañada de una subida paralela del cotizaciones por salario mínimo -una mala medida- con el objetivo de fastidiar a los burgueses, a lo mejor esas empleada del hogar cobrarían lo mismo y tendrían derecho ahora a subsidio de paro sin necesidad de medidas especiales.

Y por cierto, parece que el comunismo de Pablo Iglesias ha vencido a la socialdemocracia de Nadia Calviño y, encima, ha contagiado a María Jesús Montero que ya se permite el lujo de “rendir tributo a los empleados púbicos que están luchando contra el coronavirus”. Al parecer, los trabajadores privados no luchan contra el coronavirus.

Rendir tributo a los empleados públicos que están luchando contra el coronavirus. ¿Y a los privados? ¿A estos no se les rinde tributo?

Eso sí, también se felicita a sí misma, al Gobierno que está evitando que “ninguna persona se quede atrás” con toda su capacidad legislativa para fortalecer nuestro sistema sanitario… que es lo único que se le había pedido al Gobierno frente al coronavirus y en lo único que ha fracasado.

¡Ah! y el paquete de medidas va sin memoria económica, naturalmente, es decir, otra chapuza podemita.

Bueno, algo sí logró colar Nadia Calviño: se facilitan las donaciones al sector público para luchar contra el coronavirus. Por ejemplo, las de Amancio Ortega, que tanto le gustan a don Pablo Iglesias.