• Rajoy y compañía están dispuestos a todo para evitar la fuga de votos: aseguran al presidente de la Conferencia Episcopal que suprimirán que este drama sea un derecho.
  • No es más que una tomadura de pelo: en la 'ley Aído' no aparece de forma explícita dicha consideración. Se ve como derecho porque permite el aborto libre en las primeras 14 semanas de embarazo.
  • Si los 'populares' quieren suprimir este reconocimiento, deberían eliminar el sistema de plazos y la financiación pública de este drama, tal y como señala el Foro de la Familia.
  • No contentos con esto, aprovechan el respaldo de Blázquez al consentimiento paterno en menores para que los diputados provida no den su no al 'mini-cambio'.

Los pasos que ha dado el Gobierno en materia de aborto no dejan de sorprendernos, así como de mostrar su cinismo, cobardía e hipocresía. En su programa electoral de 2011, el PP prometió defender la vida, pero desde La Moncloa ha hecho muy poco: retiraron la reforma Gallardón, tras reducir y mucho su planteamiento inicial, aunque ahora tratan de sacar un 'mini-cambio' y para ello no dudan en burlarse hasta de la Iglesia.

Y es que Mariano Rajoy y compañía están dispuestos a todo para evitar la fuga de votos y es que en este año 'multielectoral' el escenario es muy distinto al de 2011, donde consiguió una apabullante mayoría absoluta. Ahora esta es inalcanzable y todo apunta a que para gobernar será necesario pactar. Además no teme el auge de Podemos, pero sí el de Ciudadanos.

Desde el Gobierno no han dudado en asegurar al presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, que van a suprimir que el drama del aborto sea un derecho. Algo que al máximo representante de la Iglesia en España le parece bien. Pero no lancen las campanas al vuelo porque no es más que una tomadura de pelo.

El principal portavoz de esta pantomima no es otro que el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso. Precisamente, este jueves, en una entrevista en RNE, ha comentado que "el aborto no es un derecho" y que es posible que el grupo parlamentario del PP, "no a instancias del Gobierno, pueda presentar alguna enmienda en ese sentido" para que no se reconozca de dicha forma.

Sin embargo, Alonso, como tantos otros, está equivocado, pues en la 'ley Aído' no aparece de forma explícita la consideración del aborto como derecho. Más bien este reconocimiento deriva del hecho de que esta ley permite el aborto libre en las primeras 14 semanas de embarazo.

Por lo tanto, si los 'populares' quieren suprimir que el aborto se considere un derecho deberían eliminar el sistema de plazos, así como la financiación pública de este drama, tal y como ha señalado Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia. Además ha recordado al PP que la sociedad española espera "que cumpla su compromiso electoral y sea coherente con su postura histórica en esta materia".

Viendo lo poco que han hecho los 'populares' en el Gobierno para defender la vida, tristemente, se puede recordar el refrán que dice no se le pueden pedir peras al olmo. Recuerden que, aunque con algo de retraso, la cosa empezó bastante bien con la reforma Gallardón. Primero, esta imitaba, en parte, el modelo polaco, donde para despenalizar el aborto se necesita de la firma de un médico del sistema nacional de salud. Y segundo, no permitía el aborto eugenésico, es decir, el que se realiza cuando se tiene la sospecha o la certeza de que el niño tiene una enfermedad seria.

Sin embargo, todo quedó en agua de borrajas, pues el planteamiento inicial de la reforma Gallardón se fue reduciendo hasta su retirada, costándole el cargo a su principal valedor. Todo ello sólo porque no generaba consenso. Una palabra denostada hasta la saciedad que este jueves ha vuelto a usar el ministro de Justicia, Rafael Catalá, -que se lavó las manos del asunto, pasándolo a la cartera de Sanidad- para referir que eso es lo que busca el Gobierno en la reforma del aborto.

No contentos con esta pantomima del derecho al aborto y haber reducido su reforma a la mínima expresión (consentimiento paterno para las menores de edad), los 'populares' tratan de aprovechar el respaldo del cardenal Blázquez al 'mini-cambio'. En concreto, manipulan la postura de la Iglesia, que sí ve bien este paso, pero insuficiente. Todo ello con el único objetivo de que los diputados provida no voten en contra del 'mini-cambio' el próximo martes en el Congreso.

Claro que en el PP, prefieren ser precavidos y por si el respaldo eclesiástico no fuera suficiente para convencer a las voces discordantes, también hay amenaza de sanciones, según ha publicado El Mundo. Además no habrá libertad de voto, algo que el portavoz del grupo 'popular' en el Congreso, Rafael Hernando, sí defiende en el caso de los diputados del PSOE.

Todos estos movimientos de los 'populares' responden a una estrategia para evitar a toda costa la fuga de votos. Al hilo de esto, conviene recordar lo que el director general del Foro de la Familia, Ignacio García-Juliá, señaló a Hispanidad: "El PP ha valorado mal a la gente que está a favor de la vida y puede encontrarse con una sorpresa". Claro que Rajoy y compañía tampoco deben olvidar que cinco obispos, entre ellos, Reig Pla, afirmaron que un católico no puede votar al PP.

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com