• En esta etapa fin de ciclo. Del ciclo de la modernidad.
  • El secuestro de Francisco: el Papa vuelve a sorprender.
  • En el hogar del Padre Pío, el ultra de la confesión.
  • Y de las apariciones marianas no aprobadas, de las visiones beatíficas…
  • Encima, Francisco asegura que no se puede comulgar en pecado mortal.
  • En resumen, gran desazón en el cristianismo progre con la actitud papal: urge tomar medidas.
  • Y los conservadores igual: con el Padre Pío por insignia papal, se quedan sin argumentos.

Insisto en que el Papa Francisco está secuestrado. Porque la mejor manera de secuestrar a un Papa es secuestrar su mensaje. Verbigracia: apenas he leído u oído nada en la prensa progre, la políticamente correcta, sobre la visita del Papa a San Giovanni Rotondo, el hogar del Padre Pío. Y es que el santo italiano era un ultra. Ejemplo, en pleno siglo XX, el tipo creía en las apariciones marianas, no reconocidas (por ejemplo, en las españolas de San Sebastián de Garabandal), era perseguido pero el demonio, tenía visiones beatíficas… Vamos, que rozaba el fascismo. Y entones va Francisco y en lugar de hablar, como esperaba su presunto club progresista, de, verbigracia, el amor del Padre Pío por los pobres y los refugiados, exige a la audiencia que crean en el demonio, el mismo que perseguía al Padre Pío y le producía heridas y contusiones, e incluso habla de los niños y del descarte del aborto (aunque lo integre en la persecución que sufren los débiles). Y a la hora de destacar una maravilla del Padre Pío, les habla a su audiencia de sus muchísimas horas en el confesionario. Desde las 3 de la madrugada, si no me equivoco. Como se entere Pablo Iglesias le retira su apoyo al Papa. ¿Y entonces? Es el mismo Francisco que, como hemos revelado en Hispanidad, pedía oraciones a un empresario español porque aseguraba que el diablo andaba suelto. Pero, no en cualquier sitio: suelto en el Vaticano. Y no pulula de cualquier manera. Anda suelto y a sus anchas. Y más: Francisco ha aclarado el punto octavo de Amoris Laetitia, el de la controversia global por su falta de claridad. Ha aclarado lo que quizás debió aclararse antes: no se puede comulgar en pecado mortal. Ocurrió durante una audiencia y dirigiéndose a peregrinos polacos: Francisco dejó claro que quien haya cometido un pecado grave, mortal, no puede acercarse a comulgar sin antes pasar por la confesión. Con eso queda aclarado la Amoris Laetitia, aunque no pasaría nada porque se ratificara por escrito. Y, naturalmente, de esto ni una palabra en la prensa políticamente correcta, incluso en aquella que dice respetar el dogma cristiano. Así que… el cristianismo progre está denodado con la actitud del Papa Francisco, a quien consideraban su marioneta. Urge tomar medidas. Lo malo es que esos miserables podrían tomarlas. Y estos señores son liberticidas y homicidas. Y algunos de ellos trabajan directamente para el Anticristo. Y, a su vez, el llamado cristianismo conservador está muy preocupado. Más visitas al Padre Pío y más advertencias sobre las condiciones para no tragarse "su propia condenación" y los conservadores se quedan sin argumentos contra Francisco, a quien consideran un discípulo indisciplinado. Lo malo es que los conservadores pueden permanecer en su actitud, tan ortodoxa como orgullosa y colaborar en el cisma que ya ha comenzado. En serio: ¿significa eso que el abajo firmante sea un entusiasta del Papa Francisco? No. Mi idolatría (pecado grave) siempre se ha dirigido hacia Juan Pablo II. Ahora bien, o comprendemos lo que está ocurriendo con Francisco, Papa verdadero y a quien hay que escuchar y por quien hay que rezar, o precipitaremos aquello que queremos evitar. Que es muy gordo. El peligro más grave que amenaza hoy a la humanidad, en esta etapa fin de ciclo. Del ciclo de la modernidad. Eulogio López eulogio@hispanidad.com