The Kraft Heinz se ha sumado esta semana a una tendencia al alza en el mundo empresarial, que se puede denominar como las sinergias de doble sentido. ¿En qué consiste esto? Es sencillo, primero fusión de compañías, o sea, unión… y después, fisión de las mismas, es decir, separación.

El grupo estadounidense de alimentación y bebidas (dueño de conocidas marcas como Kraft, Heinz -sobre todo, por su ketchup-, Philadelphia -la del famoso queso untable- y Oscar Mayer -conocida, especialmente, por sus salchichas-, entre otras muchas) ha anunciado que se se separará en dos empresas independientes y cotizadas, por supuesto. Una de las compañías se dedicará a salsas y productos untables, y otra a alimentos propiamente dichos. Y lo de cotizar de forma separada supone aplicar el ‘esquema Villalonga’, el mismo que en su día puso en marcha Juan Villalonga cuando presidía Telefónica, bajo el principio bastante infundado y anglosajón de que la suma de las partes vale más que el todo.

El movimiento anunciado se debe a que “las marcas de Kraft Heinz son icónicas y muy queridas, pero la complejidad de nuestra estructura actual dificulta la asignación eficaz del capital, la priorización de proyectos y el impulso del crecimiento en nuestras áreas más prometedoras”, según ha explicado su presidente, Miguel Patricio, cargo que ocupa desde mayo de 2022, tras haber sido CEO del grupo estadounidense. “Al dividirnos en dos empresas, podremos dedicar la atención y los recursos adecuados para desatar el potencial de cada marca, hacernos más eficientes y crear valor a largo plazo para los accionistas”, ha subrayado en un comunicado.

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La futura compañía de salsas y untables (incluyendo a las marcas Heinz y Philadelphia, entre otras, se conocerá de forma provisional como Global Taste Elevation y ya está buscando a su director ejecutivo; mientras que la empresa que englobará el área de alimentación (liderada por la marca Oscar Mayer) se llamará North American Grocery y estará bajo los mandos de Carlos Abrams-Rivera, actual CEO del grupo Kraft Heinz. Un paso que recuerda al anunciado recientemente por parte de la compañía estadounidense Keurig Dr Pepper, que ha anunciado la compra de la neerlandesa JDE Peet’s y será un líder mundial del café que tutee a Nestlé y un gran actor en refrescos frente a Coca-Cola y PepsiCo, pues se dividirá en dos cotizadas: una dedicada al café y otra a bebidas.

La próxima fisión obedece a simplificar la estructura y a ahorro de costes, separando dos negocios distintos que se unieron hace años y así Kraft Heinz pasará a tener dos monopolios, en lugar de uno. Cabe recordar que dicho grupo surgió entre la primavera y el verano de 2015, cuando Kraft Foods se fusionó con Heinz, convirtiéndose en el quinto dedicado a alimentación y bebidas más grande del mundo, aunque sus respectivas historias empezaron mucho antes. Kraft Foods se creó en 1903, pero en 1988 fue comprada por Grupo Altria (que integra a Philip Morris, la mayor tabacalera del mundo), más tarde se escindió y se dividió en dos: Mondelēz International y Kraft Foods Group, y fue este último el que se fusionó con Heinz en 2015 y luego, el nuevo grupo, en 2017, intentó comprar Unilever, pero fracasó y al final retiró su oferta. En cuanto a Heinz, su historia se remonta a 1869, y se movió en solitario durante más de un siglo, hasta que en febrero de 2013 fue comprada por Berkshire Hathaway (el vehículo de inversión de Warren Buffett, más conocido como ‘el oráculo de Omaha’, que ha cumplido 95 años el pasado 30 de agosto) y por la firma de inversión brasileña 3G Capital; y en 2015 decidieron fusionarla con Kraft Foods.

Y por cierto, 3G Capital también ha sido noticia en los últimos meses por haber comprado Skechers, la tercera compañía de calzado más grande del mundo.

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