• El ex presidente quiere instar el concurso voluntario en acreedores y salvarse por administración desleal.
  • Blindan su patrimonio y eluden, de paso, cualquier responsabilidad penal en caso de conflicto judicial.
  • El impago a proveedores, otra amenaza por pleitos potenciales, como el de ITK, suma 140 millones
  • La banca acreedora, a la desesperada para encontrar el socio que aporte entre 100 y 125 millones, mientras sigue el desplome en bolsa.

Duro Felguera presentó con retraso las cuentas de 2017, que no contaron con la firma ni de Ángel del Valle, ex presidente de la ingeniería y ahora consejero no ejecutivo, ni de otros dos miembros del Consejo de Administración. Es otro de los barómetros que mide la crisis profunda en la que está sumida la ingeniería asturiana, que tiene desespera a la banca acreedora. Mientras, el desplome en bolsa continúa este viernes, con una caída superior al 7,47%.

La negativa de Del Valle (en la imagen, a la izquierda)  responde a intereses personales porque su deseo es que la empresa inste un concurso voluntario de acreedores, paso con el que quedaría a salvo de una posible acusación de administración desleal. La ausencia o presencia de firma versus ausencia o respaldo de responsabilidad, en la mente del empresario. Y, en paralelo, es un modo de blindar su patrimonio y eludir cualquier responsabilidad penal en caso de conflicto en los tribunales.

La realidad, así las cosas, no está sólo en las dificultades para encontrar un socio industrial que inyecte los entre 100 y 125 millones de euros que necesita Duro Felguera para sobrevivir, a la espera de un fondo buitre, como decíamos ayer, sino en las tensiones internas, pero no nuevas. Que Acacio Rodríguez (en la imagen, a la derecha) asumiera la presidencia de la compañía, tras la dimisión de Del Valle, no excluye el peso en el capital de la familia Arrojo, que controla el 24,4%, participación por la que Del Valle sigue en el Consejo como dominical.

A Del Valle, que renunció al cargo en noviembre ante la imposibilidad de que la empresa pagara la nómina de ese mes, pero resistió con todas sus fuerzas. La decisión, según Del Valle, fue, sin embargo, para dejar la empresa al margen de la causa de corrupción en la Audiencia Nacional, tras la denuncia presentada por la Fiscalía Anticorrupción por sobornos y blanqueo de capitales. Durante las negociaciones con la banca, en octubre y noviembre, Del Valle ya había amenazado con llevar la empresa a concurso, una opción indeseable y, a cambio de la dimisión, la banca retiró la exigencia de avales personales que había planteado para ponerle a prueba, aunque no respondió a esa propuesta, pero no cambió la situación en el cometido principal: la necesidad de un socio industrial.

Además de los malos resultados, la falta de tesorería también empuja de la empresa asturiana a otro problema con los proveedores. De hecho, esa cuenta suma ya 140 millones. La naturaleza de esa cuenta es diferente al deterioro de los activos, el coste de los litigios o el procedimiento en curso sobre a las Actas de Inspección incoadas por la Agencia Tributaria. La deuda con los proveedores no deja de ser otra amenaza de pleitos potenciales, como el provocado por la asturiana ITK, que solicitó concurso necesario ante el Juzgado de lo Mercantil 3 de Gijón por una presunta deuda de 46.000 euros, que Duro Felguera recurrió y fue admitido a trámite, procediendo a la suspensión de la solicitud de concurso hasta su resolución.

Rafael Esparza