Comenzamos esta crónica semanal de la persecución a los cristianos en Siria, donde la religiosa portuguesa Maria Lúcia Ferreira denunció a Vatican News que los cristianos están siendo tomados como rehenes por los yihadistas en la zona de Idlib (Siria), en medio de los desplazamientos de la gente debido a las incursiones sirias y rusas contra esta última resistencia del terrorista Estado Islámico. Se da la circunstancia de que la zona de Idlib es el último bastión yihadista y rebelde donde la situación humanitaria es crítica.

La Hermana Myri, nombre con el que se conoce a Maria Lúcia en Siria, señaló su preocupación por la situación de tres aldeas cristianas en la zona de conflicto. Hay personas que “nunca han podido salir o tener contacto con sus familias desde que los terroristas ocuparon la zona hace seis o siete años”, agregó.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) señala que más de cinco millones de personas han huido de Siria desde 2011, buscando seguridad en Líbano, Turquía, Jordania, entre otros países cercanos. “Desde el 1 de diciembre unas 520 mil personas fueron desplazadas (...), la gran mayoría -80%- son mujeres y niños”, señaló el portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), David Swanson, a la agencia AFP.

En Vietnam, un sacerdote fue torturado durante 4 años en prisión por el régimen comunista

La condena emitida por las autoridades comunistas vietnamitas a un hombre procedente de Sídney, Chau Van Kham, por supuestas actividades terroristas fue denunciado como una injusticia por el P. Paul Van Chi, Capellán para los vietnamitas en Sídney (Australia). Este sacerdote padeció en carne propia la manipulación de este tipo de procesos al haber sido condenado a 4 años de prisión en los años 80 por componer himnos religiosos y ser fiel a su Obispo, lo cual lo convertía a los ojos de los jueces en un enemigo del régimen comunista, recoge Infocatólica de Gaudium Press.

Además de las penalidades propias de su reclusión, el sacerdote fue torturado con falta de sueño, palizas y presiones psicológicas. El Capellán mantuvo su fe, orando de manera oculta. En algunas oportunidades logró recibir un poco de vino clandestinamente con apariencia de medicamento y hostias ocultas entre bolsas de pan, de forma que excepcionalmente celebró la Eucaristía. «En la prisión no tenía ninguna esperanza de sobrevivir», recordó. «Estaba muy débil, pesaba solo 34 kilos, le dije a Dios: ‘Está bien, moriré aquí’. Creo que morí en la cárcel. Solo Nuestro Señor Jesús y la Virgen María me ayudaron a no morir».

El sacerdote hizo un llamado en favor de la liberación del ciudadano australiano Chau Van Kham, quien a sus 70 años de edad viajó a Vietnam para encontrarse con miembros de un grupo en favor de la democracia. Fue arrestado por las autoridades que, en lugar de deportarlo, lo procesaron por supuesta conspiración para derrocar el gobierno. La acusación no parecía sólida y fue cambiada por cargos de terrorismo, por los cuales fue condenado a 12 años de prisión. «El Sr. Chau es un muy buen activista por los derechos humanos y la comunidad católica vietnamita aquí también está muy interesada en instar al régimen comunista a respetar los derechos humanos, especialmente la libertad de religión», recordó el Capellán.

El gobierno húngaro insta a la defensa de los cristianos perseguidos

Por todo ello, “el mundo debe alzar la voz y defender a los cristianos perseguidos”, dijo esta semana el secretario de Estado húngaro, Tristan Azbej, recoge Infocatólica.

«Toda la humanidad debería ponerse de pie y ayudar a los cristianos perseguidos», dijo Azbej.
Las vidas cristianas tienen la misma dignidad que las que siguen otras religiones, dijo. Preguntó por qué las historias de persecución de cristianos, como el reciente asesinato de un seminarista nigeriano, no aparecen en las noticias, pero cuando las personas de otras religiones son discriminadas, las historias se transmiten en todo el mundo.

«¿Por qué la persecución de cristianos no está en la agenda de las Naciones Unidas, de la Unión Europea, etc.», preguntó. «Y sé que no existe la competencia del martirio, pero tenemos que hablar sobre las estadísticas», dijo, y señaló que casi 300 millones de cristianos en el mundo son perseguidos por su fe. Esto, dijo, representa el 80% del número total de personas que enfrentan persecución por su religión, lo que significa que los cristianos son «el grupo religioso más perseguido en el mundo».

«El tema ni siquiera es mencionado en algún foro de derechos humanos», dijo. Como Secretario de Estado para la Ayuda de los Cristianos Perseguidos, Azbej dijo que tiene una misión «doble». Su primera prioridad, dijo, es «salvar vidas», lo que hace a través de la organización sin fines de lucro «Hungría ayuda». La otra misión, explicó, es «ser la voz de aquellos que no se escuchan. Ser la voz de los que sufren».