Los ciudadanos comienzan a estar hartos de ser el 'escudo social' del Gobierno de Sánchez. Recordemos que al más puro estilo socialista ('yo invito, tú pagas'), el Gobierno social-podemita aprobó el Real Decreto 11/2020 paralizando los desahucios de los vulnerables, decreto que ha sido prorrogado en numerosas ocasiones, el cual Sánchez sabía que era un negociazo para los okupas y que sigue vigente a día de hoy.

Y un nuevo ejemplo es lo ocurrido a los vecinos de Can Clos, cuyos edificios están situados en la montaña de Montjuïc. Todo comenzó cuando los okupas entraron en la casa de una mujer jubilada, y es que en este barrio es muy común dejar la puerta abierta para ventilar, mientras la señora fregaba, un okupa entro y le robó: "Salí tras él yo, mi nieta y medio barrio".

Esto fue la gota que colmó el vaso, que se había ido llenando con ola de robos, con violencia, perpetrados por los okupas. Cansados de la situación y de la inacción de la justicia y los políticos, los vecinos decidieron tomarse la justicia por su mano y entraron a la fuerza en el inmueble de los okupas. 

Tiraron la puerta abajo y provocaron que los okupas se marcharan a toda prisa por el miedo. Pero la cosa no acabó ahí, los vecinos decidieron tirar las pertenencias de los okupas por la terraza, práctica muy habitual entre los okupas que cuando entran en una casa tiran a la basura lo que no les interesa del propietario. Mientras, otros vecinos vitoreaban los lanzamientos a gran altura. 

"Este es un barrio de gente humilde y trabajadora en el que nos conocemos todos por el nombre y los dos apellidos", afirmaban los vecinos. "No somos racistas. Aquí conviven de toda la vida gitanos, payos, árabes, latinoamericanos y todo el que venga a convivir, no a delinquir".

Al conseguir echarlos, los Mossos d'Esquadra acudieron al lugar e instalaron una puerta antiokupas, además, escoltaron a los cinco okupas fuera del barrio. 

'La policía ciudadana', gracias al Gobierno más progresista de la historia.