A más facturación, menos comisión. Se supone que Telefónica mantendrá en España ese mismo porcentaje para el fabricante

ATT abrió en Estados Unidos con un 40%, utilizando el sistema de subasta. El iPhone no tiene vídeo y presenta un teclado no fácil de asimilar. Las empresas analizan el éxito de su interfaz, basado en la ausencia de teclado. Lo consideran mucho más importante que la calidad de imagen o de sonido. Otra incógnita es el público al que van dirigidos. O2 se niega a dar cifras de venta, a 400 euros unidad, mientras Vodafone asegura que las uvas están verdes
Fuentes de Telefónica han comunicado a Hispanidad que el porcentaje de la facturación que se llevará el fabricante del iPhone, Apple, es una banda que oscila entre el 30 y el 22%, descendente a media que afecte a la facturación. Hablamos de O2, filial de Telefónica en el Reino Unido, que es el operador que ha llegado aun acuerdo con el fabricante norteamericano. Nos lo cuentan fuentes de toda solvencia, pero no fuentes oficiales, pues tanto éstas, como los directivos de O2 mantienen el secreto, en lo que no se sabe si es una estrategia de negocio o de marketing.  De igual modo, la empresa se niega a proporcionar datos sobre ventas del  revolucionario iPhone.

En cualquier caso, el futuro máximo responsable del principal operador de móviles británico O2, Mattew Kay, que llevó las negociaciones con el mandamás de Apple, Steve Jobs, afirma que las ventas en Gran Bretaña están siendo "espectaculares", tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos. Allí, el iPhone se lo llevó ATT, pero tendrá que pagarle a Apple un 40% de la facturación. Y eso con el riesgo de que aparezcan competidores en el mercado que se conformen con comisiones mucho menores. Ni que decir tiene que Telefónica, que negocia llevarse la exclusividad para España, intentará rebajar la horquilla conseguida por su filial británica.

De hecho, tanto Kay como la competencia, especialmente Vodafone, que despreció el iPhone porque lo consideraba demasiado oneroso, consideran que la clave del éxito va a estar en el Interfaz. Veamos, el iPhone tiene una estupenda calidad de imagen y de sonido. Un solo botón, y el resto son iconos en la pantalla. Ahora bien, carece de vídeo, su teclado táctil exige habituarse a él (la primera sensación del usuario es que tiene que tocar con la uña) y no es asequible a textos largos. Esto puede resultar una dificultad añadida para su uso como ordenador de acceso a Internet. Y recuerden. Si se quedara como mero "tocadiscos", tendría más éxito entre la juventud, gente con poco poder auditivo. Además, carece de vídeo, ya habitual en muchos terminales.

En definitiva, el iPhone es, a día de hoy, una incógnita. Otros fabricantes aprovecharán su estela para lanzar sus aparatos competidores. Y probablemente a un precio inferior a los 400 euros y con menores exigencias de comisiones sobre facturación.   

Al final la batalla del iPhone es la batalla del comunicador: ese aparato que debe cubrir el conjunto de necesidades: trabajo y ocio, WEB y música, lenguaje escrito y oral, radio y TV, recepción e interactividad. Lo que ocurre es que el comunicador aún no está inventado: demasiadas funciones en el limitado espacio que impone la portabilidad.

Mientras, Vodafone, por ahora el perdedor, dice que las uvas están verdes, que el iPhone reducirá el beneficio potencial de los operadores que lo adopten y que será flor de un día. El tiempo dirá.