Resumen de tertulias y entrevistas en radio y TV (18/03/2019)

En Antena 3, Iván Espinosa de los Monteros, de Vox, ha explicado: “Vox va a romper ese techo del 13-14%, que es esto que en el mundo de la ley D’Hont te da una proyección extra”, entonces “veremos un subidón de escaños más que proporcional y alguno se va a llevar más de un susto”. “¿Usted se imagina al presidente de Coca Cola diciéndole al presidente de Pepsi que no se presente”. “Sería un síntoma de debilidad muy claro. Creo que en el PP están muy preocupados y además esa preocupación creo que les lleva a cometer algunos errores”. “Y el principal error que están cometiendo es no hablar de su libro sino intentar atacar a Vox, utilizar la estrategia del miedo”. “Cuando tienes la convicción, no tienes que prepararte las cosas, cuando crees en ello no es necesario para por un curso de telegenia o que te prepare un asesor o dar mucho gusto a los periodistas que te van a entrevistar”.

“Íñigo Errejon es de los enemigos más peligrosos, porque pone buena cara, cara de niño pequeño, estos son los más peligrosos, radicales e izquierdistas”.

En la SER, José Antonio Zarzalejos subrayaba: “En el PSOE se ha producido una cierta transformación de la naturaleza del propio partido, en el sentido de que el partido se ve como una plataforma y que la oferta es un liderazgo fuerte, con una narrativa o con un relato. Y que esa plataforma es la que sostiene el relato y el líder. Y también ha habido una cierta mutación del PSOE que efectivamente tiene que ver también con el famoso comité federal en octubre del 16 que destituyó a Pedro Sánchez y el deseo, la ambición del secretario general de tener un grupo parlamentario muy homogéneo, que no lo tenía. Y se corresponde también con lo que está haciendo Pablo Casado en el PP y en menor medida Rivera”.

Argelia Queralt opinaba: “Es evidente que los partidos, y sobre todo Sánchez y Casado, que han llegado a la dirección del partido en los últimos meses y que ahora ven cómo es su oportunidad para hacer unas listas a su imagen y semejanza. Y sobre todo Sánchez, siguiendo esta estela de un partido político con un fuerte personalismo, con un liderazgo muy fuerte y con toda una serie de fieles”. “Está claro que unos y otros aquello de aceptar a disidentes críticos o independientes puestos por otros sigue sin gustar en las listas de los partidos”.

En Onda Cero, Carlos Alsina comentaba: “Pedro le gana el penúltimo pulso a Susana y ella, qué le va a hacer, dice que toma nota".

Toma nota la señora Díaz. Toma nota el señor Lambán. Toman nota todos. En realidad de lo que toman nota los barones socialistas es de que el próximo grupo parlamentario van a tener pocos partidarios. Y de que si hoy todavía resisten ellos es porque tienen unas elecciones autonómicas en breve. Al que no revalide la presidencia le espera la extinción, y en el caso de Susana Díaz ya lo intentó y ya no la revalidó. Aquella historia que empezó en 2016, cuando el PSOE se quebró, Sánchez perdió el pulso, dimitió, se propuso resucitar y rompió con Luena va terminando de escribirse ahora. Ni olvida ni perdona. En su argumentario de campaña predica la España diversa que no excluye a nadie pero en su desempeño como general secretario del PSOE aplica la guillotina que excluye al disidente. Y también, al que habiendo intentado acabar con Sánchez se fingió luego más pedrista que ninguno para intentar salvar el escaño. Con el final de legislatura europea se acaba José Blanco. El viceZapatero al que la derecha de entonces apodó Pepiño. El fontanero jefe de Ferraz, el gurú de las encuestas, el muñidor de estrategias, el fabricante de eslóganes, el gran propagandista de su tiempo. Se acabó José Blanco, mentor de Sánchez hace tropecientos años pero susanista, como su jefe Zapatero, hace sólo dos. Todo el fervor pedrista que exageró el señor Blanco estos últimos meses no le ha servido para mantener el sillón. Pedro no paga estertores”.

En la COPE, Santi González comentaba: “Pablo Casado quiere renovar la bancada en el Congreso vía listas. La novedad más notable y brillante es la incorporación como cabeza de lista por Barcelona de Cayetana Álvarez de Toledo. Alguna revuelta menor da cuenta de lo arraigados que tienen los populares los prejuicios nacionalistas: no es de Cataluña, no habla catalán. Es una gran iniciativa la de Casado, una candidata inteligente, culta y brillante, rara avis en el Congreso de Lastras, Rufianes, Garzones y Monteros. El marianismo ha sido desplazado hacia las listas europeas.

Pedro Sánchez ha vuelto a ser Sleepy Hollow. No tiene cabeza pero conserva intactos su rencor, su afán de venganza y el hacha, perfectamente afilada. No hay piedad ni perdón para el susanismo, ni un lugar al sol, en el Congreso, en el Senado o en la lista europea. El arrepentimiento de última hora no le sirvió a Pepiño Blanco para salvar la cabeza al paso del jinete en el llamado Comité de Elaboración de listas”.

En la COPE, Ignacio Camacho decía: “No se le puede negar a ningún líder el derecho a hacer su equipo. Hay diferencias entre lo que ha pasado en el PP y en el PSOE. Básicamente, la diferencia es que este grupo del PSOE ya lo había hecho Sánchez. Casado llega y hace su renovación, tiene su lógica, pero es que este grupo del PSOE ya lo había hecho Sánchez. Entonces, lo que ha hecho ha sido un ajuste de cuentas contra su propia disidencia".

Tonia Etxarri apuntaba: “Creo que Pedro Sánchez ya hizo sus fichajes precisamente cuando formó el Gobierno, todos decíamos que era un magnífico equipo electoral, que no sabíamos si iba a servir para gobernar este país. Pero que desde luego, como cartel electoral, era inmejorable. Y eso ya lo hizo él. Salvo la excepción del fichaje de Pepu Hernández para las listas de Madrid, él ahora a lo que se ha dedicado ha sido a eliminar a la disidencia”.

Francisco Rosell destacaba: “Recurriendo al informe ‘caritas’, que no tiene nada que ver con el informe ‘Cáritas’, el semblante de la dolorosa de Sevilla es bastante apreciable. Pedro Sánchez dice en su libro que Susana Díaz le hizo sentirse un intruso y ahora la intrusa es Susana Díaz”.