(Oído en radio, visto en TV) Andrés Medina, director general de Metroscopia (RNE): “El 80% de los votantes de la derecha considera que la moción de censura está justificada”

En RNE, Andrés Medina, director general de Metroscopia, ha explicado que según sus sondeos, el grado de respaldo de esta moción de censura es amplio entre su espectro ideológico, "el 80% de los votantes de la derecha considera que la moción de censura está justificada", aunque matiza que se percibe más "como un 'no' a Sánchez que como un 'sí' a Abascal".

Respecto a si esta moción podría tener rentabilidad electoral para Vox, Medina ha explicado que hoy "en términos de intención de voto, PP y Vox están empatados" pero que tras la moción, y "en un contexto de desafección política", en el futuro "podría haber un sorpasso coyuntural" del partido de Abascal.

En la COPE, Carlos Herrera opinaba: “Una película de indios y vaqueros, de buenos y malos”. Una moción “totalmente legítima” porque "la ampara el reglamento" y “hay más motivos que nunca para censurar a este Gobierno inepto y embustero como este”. No en vano, ha dicho Herrera que "paradójicamente va a beneficiar al Gobierno, seguramente, va a beneficiar a Vox, seguramente". Por eso, ha advertido, se debe estar muy atento a "cuál es la estrategia de discurso de Santiago Abascal".

Aunque ve difícil que esto vaya a "a beneficiar la alternativa de la derecha porque esto también erosiona al PP". Por eso, ha animado a los oyentes que vean el debate porque "va a ser interesante de como se le da un revolcón a esta sarta de embusteros”. La duda está ahora en qué va a votar el PP, que no revelara su voto hasta que comience el debate. Sobre esto Herrera ha explicado que él sabe lo qué va a hacer, pero ha avanzado que "las dos posiciones- el 'no' y la 'abstención'- tienen su explicación racional. "Habrá que saber cuál tendrá más raciocinio”.

En Onda Cero, Fernando Ónega opinaba: “La coalición, es decir, el gobierno, va a salir más reforzado de esta ceremonia. Inteligentemente, Pedro Sánchez le dejará una parte de la defensa a Pablo Iglesias, lo cual demostrará, salvo impensable sorpresa, que forman comunidad. Al mismo tiempo, nadie imagina a Rufián, ni al PNV ni a los demás nacionalistas e independentistas votando a Abascal como presidente.

Pedro Sánchez saldrá del Congreso con el bloque de investidura reconstruido, aunque sea temporalmente, pero lo que importa es la imagen de mañana. Y el segundo detalle es que la oposición conservadora sale a pelearse por la primogenitura. Abascal y Casado se juegan el liderazgo de la derecha. Y no hay escenario que haga más feliz a un gobierno que ver a la oposición dividida. Divide y vencerás es el principio bélico que la política hizo suyo y la bancada de izquierdas pasará momentos de gloria, por lo menos de íntimo deleite, viendo a los boxeadores Casado y Abascal peleando por el trofeo después de las lindezas de la derechita cobarde y otros pellizcos de monja. Pero eso no es todo, naturalmente.

En el debate se van a escuchar cosas. Y se van a dar datos que descubren lo más negativo de la gestión del gobierno. Y hay mucho negativo en esa gestión. Y la sociedad está anestesiada, pero con miedo. El riesgo de Sánchez es que hoy comience un movimiento crítico que piense que cualquier cosa es mejor que este gobierno de coalición”.

En RNE, la diputada del PP Ana Pastor, ha dicho: "No hemos hecho público el sentido de la votación porque creemos que la moción va a ser un fracaso, y con lo que tenemos los españoles encima, tenemos que ocuparnos de problemas reales". "Lo que ha hecho Vox con esta moción es engañar y generar falsas expectativas a los ciudadanos. Hay quien por tener unos minutos de gloria deja de dedicarse a lo que se tiene que dedicar un político". "El PP es la alternativa al Gobierno de España. Nosotros tenemos un proyecto político y social", "somos un partido formado por personas que tenemos experiencia de gobierno".

En la SER, Ángels Barceló decía: “Llega la sentencia de Trapero en medio del insoportable ruido político en el que andamos inmersos, y que hoy tendremos ocasión de volver a medir durante el debate de la moción de censura que empieza a las 9:00. Moción de censura estéril, que desvía la atención de lo urgente, la gestión de la crisis sanitaria y de la crisis económica y que sitúa al PP en el punto de mira.

Si de lo ocurrido en las últimas horas podemos deducir lo que va a pasar hoy, mal vamos, después de los ataques personales, impresentables, de una senadora del PP a la ministra de igualdad, Irene Montero.

El PP tiene en su mano evidenciar la inutilidad de la moción y evitar convertir el hemiciclo en un plató de mala televisión. Si no lo hace va a contribuir a amplificar la campaña de la ultraderecha, que para eso sirve la moción de Vox y borrar todavía más su perfil propio. Llevan ya mucho tiempo confundiéndose los unos con los otros”.

En la SER, José María Izquierdo destacaba: “No tenemos suerte los españoles. Angustiados por el maldito bicho, con todo el país en un suspiro a la espera de si hay toque de queda, estado de alarma o vaya usted a saber qué figura retórica para tratar de salvarnos de nosotros mismos, los máximos responsables del país, gobierno y oposición, van a perder hoy varias horas del tiempo que no tienen para enfrentar la boba -decíamos ayer- moción de censura de Abascal.

¿De verdad presidente, vicepresidentes, ministros, más los grandes cerebros de la oposición, tendrán que aguantar varias horas sentados en el Congreso la retahíla de disparates que van a salir por la boca de Santiago cierra España Abascal, ese gran político y superior ideólogo?

¿Es posible que haya algún diputado, del pelaje que gusten, que crea que es más importante esa melonada que estudiar, y en su caso acordar, qué medidas hay que tomar para frenar la salvaje escalada del bicho? Ni contesten sus señorías al desaforado. Digan sí o no a la tonta moción y pónganse inmediatamente a trabajar. Un millón de infectados”.

En la COPE, José María Gay de Liébana apuntaba: “Con el Banco de España advirtiendo, por un lado, que la mitad de las empresas españolas tendrán pérdidas este año; de otro lado, que el paro y tanto ERTE reducirá la renta de las familias y, también, que el agravamiento de la crisis menoscabará la solvencia bancaria, arrancamos. La situación laboral empeora para jóvenes, mujeres y trabajadores con menos cualificación. Los fríos datos estadísticos dan paso a tragedias familiares. Y los chavales tendrán que emigrar lejos de este país que no les ofrece ni posibilidades ni oportunidades. Regresamos al pasado, a los años 40 y 50. Y no solo en emigración sino a la vista de las cifras plasmadas en el Plan Presupuestario del Gobierno. El PIB de España será este año de 1.105.359 millones de euros. Caída fuerte, de 139.413 millones de euros respecto al PIB de 2019, que sumó 1.244.772 millones. Con este descenso del PIB, los indicadores relacionados con la deuda pública, déficit público y otros que marcan referencias, empeorarán.

Y hablamos de la vuelta al ayer al constatar un nivel de PIB en 2020 que nos traslada a 2008 cuando el PIB alcanzó 1.109.656 millones de euros. Hacemos marcha atrás y cual nefasto juego de la oca reculamos a la casilla de 2008. Y, entonces, nuestras mentes se sumergen en aquellas brumas del año en el que estalló la gran crisis financiera, aunque con diferencias sustanciales. La teórica perturbación temporal de la pandemia causa heridas profundas, cicatrices que nos marcarán y un debilitamiento agudo para todos. Y leyendo el Plan Presupuestario, en 2021 la previsión es de un PIB de 1.224.728 millones de euros, que nos retrotraería a 2018 en volumen de nuestra economía. Veremos si somos capaces de escalar las empinadas cumbres. De momento, retroceso doloroso, salvo que el Maestro Naranjo lo vea mejor…”.

En Onda Cero, Carlos Alsina comentaba: “Epidemia de coronavirus en España. Los dos nuevos estribillos del debate público son ‘la segunda ola afecta a toda Europa’ y ‘démosle una vuelta a lo del toque de queda’. El primero viene a decir que en todas partes cuecen habas, no vaya a parecer que volvemos a ser los que peor lo llevamos (aunque lo somos). La segunda ola que, según el ministro, es ya una realidad en Europa viene siendo una realidad en España desde finales del mes de agosto. Y estamos a 21 de octubre.

El segundo nuevo estribillo, lo del toque de queda, es la prueba de que todas estas medidas que hasta ahora se consideraban muy útiles, a saber, reducción de aforos, límite a las reuniones familiares y adelanto del horario de cierre de bares y restaurantes, no están dando el fruto esperado”.