En los últimos dos años, ha surgido una crisis energética, que se vio agravada por la invasión rusa de Ucrania y el inicio de la guerra, haciendo que los temas del ahorro y de la eficiencia en energía pasaran a primer plano y ya no se limitara sólo a una cuestión relacionada con la sostenibilidad. Los precios de la luz, el gas y el petróleo se han disparado, pero también han subido los de los alimentos y los de otros muchos costes, reduciendo aún más el poder adquisitivo de las familias y las arcas de las empresas.

Antes de la llegada de esta crisis se avanzaba en el ahorro y la eficiencia energéticos a buen ritmo. De hecho, a pesar del Covid-19 y sus múltiples consecuencias, en 2020 la Unión Europea alcanzó sus tres objetivos climáticos y energéticos fijados para ese año (los famosos 20-20-20), según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). En concreto, redujo las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% respecto a los niveles de 1990, aumentó la cuota de uso de energías renovables hasta el 20% y mejoró la eficiencia energética en un 20%. En el caso de España, también hubo cumplimiento de los objetivos europeos de penetración de renovables y de eficiencia energética, que incluso superaron el 20%: llegó al 21,2% y al 35,4%, respectivamente. Además, en 2020, en nuestro país continuó la desarbonización del sector de generación eléctrica y por segundo año consecutivo batió récords en reducción de emisiones.

La rehabilitación energética en viviendas puede suponer ahorros de entre un 20% y un 50% en el consumo de energía, una disminución del 10%-30% en las emisiones de CO2 y ahorros anuales en la factura de 500 a 2.000 euros

 

 

Aislamiento en viviendas

 

Hace unos años, antes de la pandemia, la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid (Fenercom) difundió una guía titulada ‘Renovar para consumir menos energía. Rehabilitación energética de edificios y viviendas’, elaborada por Alba Ingenieros Consultores S.L. Entre otros aspectos destacaba que la aplicación de medidas de rehabilitación energética en viviendas puede suponer ahorros de entre un 20% y un 50% en el consumo de energía, una disminución de entre el 10% y el 30% en las emisiones de CO2 por edificio y ahorros anuales en la factura de energía de entre 500 y 2.000 euros por vivienda. Al hilo de esto, destacaba que el 56% de las viviendas en España fueron construidas antes de 1980, y cuentan con aislamientos deficientes y ninguna medida para mejorar la eficiencia energética. Además, subrayaba algunas de las ventajas que ofrecía la rehabilitación de edificios y viviendas: proporciona mayor confort, reduce el importe de las facturas energéticas, disminuye las emisiones de CO2 y el consumo de combustibles fósiles, incrementa el valor del inmueble a la hora de vender o alquilar, y es la única inversión que se amortiza año tras año porque se recupera ahorrando dinero en energía no consumida.

Ante el contexto de crisis energética que vivimos en los hogares se hacen muchos más números y se ve cómo reducir gastos aunque sea algo complicado, sobre todo, en alimentación y energía. Para el profesor de Economía y Empresa José Manuel Corrales puede ser de ayuda usar más el transporte público y menos el vehículo privado, pero también controlar las compras con tarjeta de crédito. Además, avisó de la probable amenaza de estanflación, es decir, que en un entorno de alta inflación también se da un estancamiento económico, lo que podría provocar que muchas familias consuman menos y esto afecte a la actividad económica.

Para el aislamiento de la vivienda, es primordial identificar y controlar fugas de aire en puertas y ventanas, y en conductos de ventilación y alrededor de los extractores

Cambiar las bombillas por bombillas LED

 

Desde la comercializadora de electricidad Factorenergia se elaboró un listado con algunas medidas que ayudan a reducir el consumo en los hogares, destacando el aislamiento de la vivienda, porque es primordial identificar y controlar las fugas de aire en puertas y ventanas, y en los conductos de ventilación y alrededor de los extractores; y puede requerir de profesionales en algunos casos, pero en otros la solución es más sencilla (por ejemplo, poner burletes -bandas de silicona u otros materiales- en los bordes de las ventanas. También se pueden reemplazar las bombillas por unas de LED o de bajo consumo, que son más caras que las halógenas, pero que tienen una vida útil superior; y desenchufar los aparatos eléctricos que no se estén utilizando porque en modo pausa también consumen energía, así como renovar los más antiguos porque consumen mucha luz. Otra opción es tomar duchas que no superen más de siete minutos y cerrar el agua mientras se enjabona. Asimismo, apagar las luces y encender solo las necesarias contribuye a ahorrar en la factura eléctrica, la cual supone el 20% del gasto energético de los hogares. Asimismo, ayuda que la lavadora lave en frío, bajar la temperatura del calentador, evitar cubrir los radiadores para no obstaculizar la salida de calor y mantenerlos limpios y purgarlos bien, y contratar una tarifa adecuada a los hábitos de consumo.

Otros expertos consideran que para consumir menos es importante no contratar más potencia eléctrica de la necesaria y apostar por uso escalonado de los aparatos. Respecto a las tarifas, en luz, en los últimos meses el mercado libre, que antes era más caro, ha atraído a más clientes porque la regulada (también llamada PVPC) depende de lo que ocurra en el mercado mayorista; y en gas, el estallido de precios ha llevado a que la regulada (denominada Tarifa de Último Recurso -TUR-) se haya vuelto más conveniente que la libre. Y en el tema de uso de energía, no hay que olvidar los combustibles: la opción del transporte público o la bicicleta puede ser una alternativa en algunos casos, pero la gran mayoría de ciudadanos usa su vehículo privado y pueden aprovechar a repostar en gasolineras low cost o en otras con los descuentos que han mantenido tras el fin de la bonificación del Gobierno.

Se pueden reemplazar las bombillas por unas de LED o de bajo consumo, desenchufar los aparatos eléctricos que no se estén utilizando porque en modo pausa también consumen energía, y renovar los más antiguos porque consumen mucha luz

Calefacción

 

Conviene tener en cuenta que los edificios suponen el 30% del consumo total de energía en España y por ello, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio de la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, lanzó una serie de recomendaciones. Respecto a la calefacción, destacó que una temperatura de 19ºC con ropa adecuada es suficiente, se debe apagar por las noches mientras se duerme y esperar a ventilar para encenderla, cerrar persianas y cortinas de noche, colocar termostatos programables, purgar los radiadores al menos una vez al año y no dificultar su difusión de calor, un mantenimiento adecuado de la caldera y cuando sea posible sustituirla por otros equipos (bombas de calor o energías renovables). En refrigeración: una temperatura de 27ºC, abrir las ventanas por la noche o a primera hora de la mañana, bajar toldos y persianas, usar ventilador de techo, limpiar el filtro del aire acondicionado y si hay que renovarlo optar por un equipo de bomba de calor. Para el aislamiento de la vivienda, el IDAE recomienda no escatimar en los cerramientos exteriores, instalar ventanas con doble cristal, tapar las rendijas de puertas y ventanas, y cerrar el tiro de la chimenea si no se usa.

Este organismo también da ideas sobre el agua caliente, apostando por sistemas con acumulación, una temperatura de 30ºC-35ºC; pide racionalizar el consumo de agua no dejando los grifos abiertos inútilmente, solucionando goteos y fugas en grifos y cisternas, y empleando cabezales de ducha de bajo consumo y reductores de caudal en grifos. Respecto a la iluminación, el IDAE considera que se debe aprovechar al máximo la luz natural, utilizar colores claros en paredes y techos, mantener limpias las lámparas y las pantallas, y apostar por bombillas LED. En relación a los electrodomésticos, se puede ajustar el termostato del frigorífico y abrir la puerta lo menos posible; usar la lavadora, el lavavajillas y la secadora a su máxima capacidad y en programas económicos o de baja temperatura; secar la ropa al sol; al cocinar se debe gestionar con eficiencia los recursos (microondas, olla a presión, cocina y en último lugar, el horno eléctrico) y usar placas de inducción y mantener limpios los filtros de las campanas extractoras. Asimismo, apuesta por el autoconsumo al ser una energía 100% renovable, ilimitada y gratuita que reduce la factura eléctrica y también la dependencia de las compañías del sector y de los cambios de tarifas, y aprovechando que España tiene alrededor de 300 días de sol anuales.

En relación a los electrodomésticos, se puede ajustar el termostato del frigorífico y abrir la puerta lo menos posible; usar la lavadora, el lavavajillas y la secadora a su máxima capacidad y en programas económicos o de baja temperatura; secar la ropa al sol; usar placas de inducción y mantener limpios los filtros de las campanas

Placas solares en casas

 

Ocho de cada diez viviendas en nuestro país son poco eficientes energéticamente y esta es una de las razones que llevó a Iberdrola a lanzar un nuevo servicio de aislamiento térmico basado en utilizar lana mineral de vidrio para rellenar las cámaras de aire que se encuentran entre la cara exterior del edificio y la pared de la vivienda. Asimismo, considera que se deben sustituir las calderas de gas y gasoil por otros sistemas de climatización (por ejemplo, la aerotermia a través de una bomba de calor). Asimismo, la eléctrica refirió diez prácticas para disminuir el consumo de energía y ahorrar dinero: temperatura de 19-20º en la calefacción, instalar un termostato, ventilar 10 minutos al día, revisar los radiadores y la caldera periódicamente, evitar colocar ropa mojada en los radiadores, subir las persianas durante las horas más soleadas y bajarlas al anochecer, desconectar los radiadores de las habitaciones que no se usen, ventanas eficientes, utilizar electrodomésticos y sistemas de climatización eficientes.

Paralelamente, especialistas como los de Energyavm han ofrecido algunos consejos para que las empresas ahorren en consumo energético y en sus facturas energéticas. Entre ellos: conocer su perfil de consumo y elegir la tarifa más adecuada, optar por las bombillas de bajo consumo, un buen mantenimiento de los equipos y aparatos, tener el termostato a una temperatura adecuada, inculcar una cultura de empresa de consumo responsable, renovar los equipos pensando en la eficiencia energética, empezar a olvidarse del papel e impulsar la digitalización de documentos, pasar a la nube que permite acceso a servidores y archivos las 24 horas al día y los siete días de la semana de una forma más barata y rápida, y apostar por el teletrabajo.