La inteligencia artificial (IA), es decir, la combinación de algoritmos planteados con el objetivo de crear máquinas que presenten capacidades parecidas o iguales a las del ser humano, está cada día más presente en la vida cotidiana. Por ejemplo, ha llegado al mundo del retail para quedarse porque las tiendas físicas ya no sólo buscan vender productos, sino ofrecer la mejor experiencia al cliente, para poder competir con el canal online y/o complementarlo. Entre los ejemplos que lo demuestran están los probadores inteligentes, un curioso personal shopper para ayudarte en las compras.

La inteligencia artificial (IA) ha llegado al 'retail' para quedarse y ofrecer una mejor experiencia al cliente en las tiendas físicas

La multinacional alemana SAP se dedica a diseñar productos informáticos de gestión empresarial y ha logrado transformar el espejo del probador en un experto en moda para ofrecer al cliente una experiencia personalizada. Todo empieza con un proceso rápido y sencillo de identificación personal en el probador y después, puede: acceder al catálogo de la tienda, recibir recomendaciones de prendas según sus gustos, consultar búsquedas que haya hecho desde casa en la web y pedir las prendas que ha decidido probarse.

El dependiente recibirá un aviso en su reloj inteligente (smartwatch), que tiene funcionalidades similares a las de los teléfonos inteligentes (smartphones), y acercará las prendas al cliente al probador sin que este tenga que salir. Asimismo, el comprador podrá solicitar nuevas prendas, otra talla o un color diferente de las que se está probando. Y puede finalizar la compra sin salir del probador, pagarla, y después recogerla en el mostrador de su casa o bien recibirla en casa. Además, antes de dejar el probador se le invita a rellenar una corta encuesta de satisfacción.

Los probadores inteligentes buscan la fidelización del cliente y aportan una gran cantidad de información a las marcas 

probador inteligente2

Los probadores inteligentes no sólo mejoran la experiencia del cliente, buscando su fidelización, sino que también aportan una gran cantidad de información a las marcas. Los espejos no tienen cámara, sólo un escáner para las prendas, por lo que la intimidad está garantizada, pero sí recopilan datos de las prendas que se prueba el usuario y de qué tipo de tejidos son, los colores que elige, los artículos que adquiere y cuánto tiempo permanece en la tienda. Así, las marcas pueden conocer mejor sus gustos y en la siguiente compra, también puede ofrecerle recomendaciones aún más personalizadas y, por tanto, satisfactorias.

Pero la innovación no para gracias a la tecnología y SAP ya está estudiando la posibilidad de desarrollar espejos inteligentes con cámara, para poderlos ubicar en las tiendas fuera de los probadores. Así, los clientes podrían probarse las prendas de forma virtual. Otra iniciativa que mejoraría la experiencia de compra, un aspecto que es fundamental para el 70% de los clientes a la hora de adquirir un producto.