Existen partículas en la atmosfera que, al entrar en contacto con nuestro cuerpo, ya sea por vía respiratoria, por tacto o por ingesta, provocan una alerta en el sistema inmune que las considera sustancias extrañas o peligrosas. El sistema inmune reacciona creando un anticuerpo para defenderse de ese “cuerpo peligroso”, la Inmunoglobulina E (IgE), que activa los mecanismos de defensa.  

Estas partículas, normalmente una proteína específica, son los alérgenos y son los que producen las reacciones alérgicas. Los alérgenos más comunes que desencadenan una reacción alérgica son: el pelo y la caspa de animales, los ácaros del polvo, el veneno de las picaduras de insectos como las avispas o las abejas, el moho, el polen de las plantas (gramíneas, olivo, etc.), y algunos alimentos como el huevo, los frutos secos, la leche o la fruta.

La alergia alimentaria es una reacción que sucede después de haber ingerido un alimento concreto. Aunque sea una pequeña cantidad, puede provocar alergia y ocasionar problemas digestivos, urticaria o inflamación de las vías respiratorias.

Este tipo de alergia afecta a ocho de cada diez niños menores de cinco años y a cuatro de cada diez de adultos. Normalmente, algunos niños superan esta alergia cuando crecen. Para algunas personas, la alergia a un alimento puede ser molesta pero no grave. Para otras, puede llegar a poner en riesgo su vida. Los síntomas se suelen presentar entre unos minutos a dos horas de haber ingerido el alimento en cuestión. Se presentan como hormigueo o picor en la boca, eccema, urticaria e hinchazón de los labios, la cara, la lengua y la garganta así como vómitos, mareos, diarrea o nauseas.

La alergia alimentaria es una reacción que sucede después de haber ingerido un alimento concreto, aunque sea una pequeña cantidad

La alergia a la fruta es muy frecuente, sobre todo en verano, cuando aumenta su consumo y el riesgo de reacciones alérgicas por culpa de los alérgenos que contienen las frutas de verano, sin embargo, un gesto tan sencillo como pelar la fruta, puede evitar la reacción alérgica.

La proteína  LTP

La alergia a frutas y verduras frescas está provocada por la proteína LTP, una proteína transportadora de lípidos que se encuentra concentrada fundamentalmente en la piel de la fruta. 

Dra. Aranzazu Plaza Alergología

 

“La familia de las rosáceas como el melocotón, el albaricoque, la ciruela, cereza, nectarina, paraguaya, peramanzana, son uno de los principales grupos de frutas que presentan esta peculiaridad y cuya piel ingerimos con frecuencia, lo que explica los casos de urticaria de contacto con la piel del melocotón, es decir, la aparición de ronchas y picor cuando tocamos o comemos esta fruta” explica la doctora Aránzazu Plaza, alergóloga del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. La LTP se encuentra en parte externa de la fruta porque su misión es protegerla de situaciones atmosféricas adversas, de ahí que sea la piel lo que suele provocar la reacción alérgica. Además es una proteína termoestable, es decir que no se destruye con la cocción ni con los ácidos de la digestión.

Este tipo de alergia afecta a ocho de cada diez niños menores de cinco años y a cuatro de cada diez adultos

Para saber si existe reacción a este alérgeno, el médico especialista, el alergólogo, pedirá unas pruebas diagnósticas como el Prick-test,  una prueba cutánea que consiste en poner directamente la piel y la pulpa de la fruta en cuestión, con el paciente para estudiar la reacción. Se hace en la propia consulta del médico y se denomina prick by prick.

Otra prueba, que se realiza en el Hospital de Día de Alergia por si hubiera que tratar una posible reacción grave, es el Test de Provocación, que consiste en ingerir la fruta con piel y pelada y ver la reacción que provoca. “En el caso de tolerar sin problemas la pulpa de la fruta, es necesario, además de quitar la piel antes de comer la pieza, lavarla bien para eliminar los posibles restos de alérgeno que hayan quedado por arrastre en el cuchillo” añade la alergóloga.

Una cosa curiosa de la alergia a la LTP, es que es típicamente mediterránea. Existen estudios que demuestran que dos personas con alergia a un mismo alimento no tienen por qué ser a la misma proteína. Es decir, una persona del norte de Europa, por ejemplo, con alergia a la manzana, lo más probable es que sea alérgica a la profilina, una proteína que se encuentra en los pólenes, en algunos vegetales y en el veneno de las avispas y las abejas.

Sin embargo, otra persona del sur de Europa, por ejemplo de España, con alergia también a la manzana, lo más normal es que sea alérgica a la LTP. Otro dato a tener en cuenta es la alergenicidad de la piel del melón y la sandía que pertenecen a la familia de las cucurbitáceas, en estas frutas se ha identificado en la piel una LTP que no está en la pulpa, por lo que no debería haber problema pues no nos comemos la piel de estas frutas.

El Prick-test es una prueba cutánea que consiste en poner directamente la piel y la pulpa de la fruta en cuestión, con el paciente para estudiar la reacción

Sin embargo, en estos casos es la manera de comer esta fruta la que determina la reacción alérgica, normalmente esta fruta se come cogiéndola con las manos por la parte de la piel y mordiendo directamente la pulpa. “En caso de ser alérgicos a la LTP, si los labios llegan a contactar con la zona de la pulpa más blanquecina y próxima a la piel cuando se muerde, puede producirse un edema labial, una hinchazón de labios, una reacción parecida a la urticaria de contacto con la piel del melocotón. Sin embargo, esta reacción no sucede si se come la fruta troceada y sin restos de piel” puntualiza la doctora Aránzazu Plaza.

La alergia a la LTP también tiene una relación directa con las alergias al polen. El 75 por ciento de las personas alérgicas a frutas y verduras son alérgicos a pólenes. Por este motivo, uno de cada cinco alérgicos al polen, corren el riesgo de sufrir un ataque anafiláctico por una reacción cruzada al consumir frutas o verduras.

Así, personas alérgicas a las Gramíneas, por ejemplo, pueden tener una reacción alérgica al consumir tomates, cacahuetes, melón, sandía o cualquier fruta de la familia de las rosáceas.  Los vegetales más seguros para personas con alergia a la LTP son la zanahoria, la patata, las legumbres y los pimientos. La fruta, para estas personas, siempre es importante pelarla y limpiarla antes de consumirla.