Las vitaminas son sustancias necesarias para el buen funcionamiento celular, para un correcto crecimiento y para un desarrollo normal del cuerpo. Hay 13 vitaminas diferentes en el ser humano, nueve de ellas hidrosolubles, es decir, solubles en agua que no se almacenan en el cuerpo, excepto la B12 que puede almacenarse en el hígado durante años. El exceso de cada una de las vitaminas de este tipo se elimina a través de la orina. Entre las vitaminas hidrosolubles se encuentra la C y las 8 vitaminas incluidas en el complejo vitamínico B. Las 4 vitaminas liposolubles, se almacenan en el hígado, el tejido graso y los músculos del cuerpo, son la A, la D, la E y la K.

Cada una de estas vitaminas realiza una función muy concreta en los procesos metabólicos del organismo. Cuando hay déficit de alguna de ellas, todo el organismo se resiente, provocando enfermedades como consecuencia de la carencia de alguna vitamina que se curarán cuando se tome de nuevo la vitamina deficitaria.

Las 4 vitaminas liposolubles, que se almacenan en el hígado, el tejido graso y los músculos del cuerpo, son la A, la D, la E y la K

La vitamina D, por ejemplo, ayuda al cuerpo a absorber el calcio, uno de los principales componentes de los huesos, necesario para mantenerlos fuertes, y ayuda a prevenir el raquitismo, la osteomalacia y la osteoporosis, y su falta hace que los huesos se vuelvan débiles y propensos a romperse. Además, contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso para que los nervios puedan transmitir mensajes desde el cerebro a las diferentes partes del cuerpo. También los músculos necesitan vitamina D para moverse y es indispensable para que el sistema inmunitario pueda combatir los virus y las bacterias que lo atacan.

Se obtiene a través de la piel, ya que el cuerpo produce vitamina D después de una exposición a la luz solar, pero cuidado: una exposición solar excesiva puede provocar envejecimiento y cáncer de piel, por lo que a veces algunas personas obtienen la vitamina D a través de la dieta o de suplementos vitamínicos.

Pero ¿a qué se debe la falta de vitamina D? Según explica el jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ruber Internacional,  doctor Gonzalo Martín Peña, los principales motivos por los que el cuerpo no está recibiendo la vitamina necesaria para mantenerse sano son “la baja exposición a la luz solar, la falta de vitamina D en la dieta o un problema de absorción deficiente de los alimentos. También cuando el riñón o el hígado no pueden convertir la vitamina D en su forma activa o si se están tomando fármacos que interfieren en la absorción”. Además, continúa el especialista, “la edad, el sexo o la cantidad de pigmentación de la piel son otros factores que pueden determinar la síntesis de vitamina D”.

Gonzalo Martín Peña

 

La cantidad de vitamina D que una persona necesita a diario depende, fundamentalmente, de su edad. Para los bebés, en su primer año de vida la cantidad de vitamina D recomendada es de 10 microgramos (mcg) diarios, equivalentes a 400 Unidades Internacionales (UI).

Los niños entre 1 y 13 años, adolescentes de 14 a 18 años, adultos de 19 a 70 años y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia deben consumir 15 mcg diarios (600 UI). Y en el caso de los adultos mayores de 71 años es aconsejable aumentar la cantidad en 20 mcg (800 UI) al día.

Hay pocos alimentos que contienen esta vitamina de forma natural. Los que tienen algo de vitamina D son los pescados grasos como el salmón, la trucha, las sardinas, el atún, la caballa y especialmente el aceite de hígado de bacalao.

El hígado de ganado vacuno, la yema de huevo y el queso contienen pequeñas cantidades de vitamina D. También hay alimentos enriquecidos artificialmente con esta vitamina como la leche, los cereales de desayuno o las bebidas de soja.

Los principales motivos por los no estamos recibiendo la vitamina necesaria para mantenernos sanos son “la baja exposición a la luz solar, la falta de vitamina D en la dieta o un problema de absorción deficiente de los alimentos

¿Por qué es importante prestar atención a estos parámetros?

La carencia de vitamina D en los niños puede causar raquitismo, una enfermedad en la que los huesos se ablandan, se debilitan y se deforman provocando dolor. En adolescentes y adultos, la falta de esta vitamina causa osteomalacia, un trastorno que produce dolores en los huesos y debilidad muscular. “El déficit de vitamina D hay que tratarlo con suplementos, siempre consultando con el médico sobre la dosis y la frecuencia que hay que tomarlos, ya que el tratamiento produce la normalización de la mineralización ósea y la corrección de los niveles de calcio en sangre”, explica el doctor Martín Peña.

Durante los embarazos es recomendable tomar suplementos de vitamina D, pero en cantidades máximas de 800 a 1200 mg al día y nunca en las dosis muy altas que hay en los suplementos de administración mensual para el tratamiento y prevención de la deficiencia de vitamina D en adultos

Existen factores de riesgo de tener deficiencia de vitamina D, como en el caso de los bebés que están amamantando, porque la leche humana no es una buena fuente de vitamina D, así que el bebé necesitará un suplemento diario de esta vitamina, pero siempre después de consultar con el pediatra.

Personas con enfermedades que dificultan la absorción de nutrientes de los alimentos como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la celiaquía; los pacientes intervenidos de cirugía gástrica o intestinal, las que tienen alguna enfermedad renal o hepática crónica, obesidad o toman medicamentos que afectan a los niveles de vitamina D como los anticonvulsivos, corticoides, para el colesterol o para perder peso también pueden necesitar suplementos de vitamina D.

Pero también el consumo excesivo de vitamina D puede ser peligroso. Si hay concentraciones elevadas de esta vitamina en la sangre, conocida como toxicidad por vitamina D, puede causar náuseas y vómitos, además de falta de apetito, deshidratación, estreñimiento y pérdida de peso.

Las vitaminas son sustancias necesarias para el buen funcionamiento celular, para un correcto crecimiento y para un desarrollo normal del cuerpo

“Si la concentración de vitamina D en sangre es muy elevada, puede dañar los riñones y elevar el nivel de calcio en la sangre (hipercalcemia), lo que puede provocar confusión, insuficiencia renal y arritmia cardiaca”, explica el doctor, si bien matiza que los casos de toxicidad por vitamina D suceden por abusar de los suplementos vitamínicos o dietéticos. “Es poco probable que se produzca un exceso de esta vitamina por la alimentación y nunca por la exposición al sol, pues la piel limita la cantidad de vitamina D que puede producir”, señala el especialista.