Mantenerse físicamente activo ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiacas
Cuando nos compramos un coche nuevo, intentamos que se mantenga impecable el mayor tiempo posible: lo llevamos a las revisiones, lo limpiamos, hacemos viajes, le ponemos el carburante adecuado, en definitiva, lo cuidamos para que nos dure. Pues nuestro cuerpo es como un coche y el corazón es su motor.
Para mantener el corazón sano y fuerte, debemos cuidarlo y controlar los factores de riesgo que lo ponen en peligro y así, reducir el porcentaje de la primera causa de muerte en el mundo: las enfermedades cardiovasculares.
Es fundamental consumir alimentos frescos, verdura, carne o pescado, incluidos en la dieta Mediterránea
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, en 2020 murieron cerca de 120.000 personas por un problema cardiovascular, esto supone más de un 24 por ciento de los fallecimientos totales. Una cifra demasiado alta y que debemos reducir. Para conseguirlo no hay más que cambiar ciertos hábitos y rutinas diarias, llevar un estilo de vida saludable, hacer ejercicio físico regularmente y evitar el consumo de alcohol y tabaco. “Los problemas cardiovasculares se manifiestan principalmente en una peor calidad de vida, el cansancio precoz, el sobrepeso, la presencia de insuficiencia venosa crónica o los problemas dermatológicos son algunas señales de alerta que algo no funciona bien”, asegura el doctor Arturo Andrés, especialista en cardiología de Quirónsalud Zaragoza.
Empecemos por el principio. Dicen que somos lo que comemos, y efectivamente, lo que comemos afecta a nuestro organismo de tal manera que, llevar una dieta saludable y equilibrada es la primera medida que debemos tomar para controlar factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes o los niveles altos de colesterol.
Es fundamental consumir alimentos frescos, verdura, carne o pescado, incluidos en la dieta Mediterránea. Evitar el exceso de grasa, la bollería industrial y las bebidas azucaradas. Si tomamos productos procesados, intentar que tengan un bajo contenido de grasas saturadas o hidrogenadas (trans), de azúcar y sustituir los dulces por una pieza de fruta fresca. Es importante también mantener el consumo de bebidas alcohólicas dentro de los límites que recomiendan los especialistas y, si tenemos que comer fuera de casa, preparar la comida para llevar, así controlaremos mejor lo que comemos.
Mantenerse físicamente activo ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiacas. “Practicar deporte al menos tres o cuatro veces por semana en sesiones de una hora ayuda a mantener el peso correcto, que la dieta no sea tan rigurosa y permite controlar mejor los niveles de azúcar, colesterol y tensión” añade el especialista. Además, cuando se practica algún deporte, se liberan endorfinas, las sustancias que alivian el dolor y dan sensación de bienestar, por lo que hacer ejercicio físico sea un buen método para liberar el estrés al que estamos sometidos a diario y que repercute de forma negativa en la salud cardiovascular. Por eso, incluir algún tipo de deporte o actividad física en nuestra rutina semanal es fundamental para cuidar el sistema cardiovascular.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que las personas jóvenes que empiezan alguna actividad física, deben realizarse un chequeo médico básico para descartar posibles problemas cardiológicos que pueden provocar una muerte súbita mientras hacen deporte.
Las personas jóvenes que empiezan alguna actividad física, deben realizarse un chequeo médico básico
El nivel de glucosa en sangre es vital mantenerlo controlado pues, las personas con diabetes tienen un porcentaje mayor de sufrir enfermedades cardiacas y cerebrovasculares si no se diagnostica y se trata a tiempo esta enfermedad. También es necesario controlar la presión arterial ya que la hipertensión es otro factor de riesgo cardiovascular. Se conoce a la hipertensión como la “asesina silenciosa” porque no da señales de alerta en aquellas personas que la padecen, de ahí la importancia de vigilar nuestra presión arterial regularmente para evitar posibles episodios que puedan provocar un ataque al corazón.
Otro factor de riesgo es tener los niveles de colesterol altos. Si esto ocurre, se pueden formar placas en las paredes de las arterias coronarias (ateroma) que las obstruyen y aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. El sueño es reparador, si no se duerme suficiente, entre siete y nueve horas por la noche, y bien, pueden aumentar los problemas de hipertensión, diabetes u obesidad lo que hace saltar la alarma de posibles enfermedades del corazón.
El riesgo de enfermedades del corazón aumenta a medida que se envejece. Los hombres a partir de los 45 años, tienen más riesgo de padecer una enfermedad del corazón. En las mujeres, el riesgo aumenta a partir de los 55, los estrógenos ofrecen cierta protección contra las enfermedades cardiacas, pero la diabetes, por ejemplo, aumenta los problemas cardiovasculares más en mujeres que en hombres. “A la población en general y en personas asintomáticas con un riesgo bajo o moderado de padecer enfermedades cardiovasculares, se recomienda una primera revisión a los 40 años y, al menos con una frecuencia bianual”, aconseja el doctor Arturo Andrés.
Los problemas cardiovasculares se manifiestan principalmente en una peor calidad de vida
Esto, por supuesto, siempre y cuando no se haya tenido alguna patología, en esos casos, se debe llevar un seguimiento con el cardiólogo, quien marcará la pauta para las revisiones.
Y para terminar, los cardiólogos aseguran que una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestro corazón es dejar de fumar o de usar tabaco sin humo incluso evitar el humo en zona de fumadores. El humo del tabaco reduce el oxigeno en la sangre lo que aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca porque el corazón debe trabajar más duro para llevar el oxigeno suficiente al organismo y al cerebro.
Al día siguiente de dejar de fumar, comienza a disminuir el riesgo de enfermedad cardiaca ya que no estamos suministrando a nuestro organismo las sustancias químicas que contiene el tabaco y que dañan al corazón y a los vasos sanguíneos.
Contenido patrocinado por: Quironsalud