El acceso al agua potable y al saneamiento no está garantizado para millones de personas
En el mundo, sobre todo, en los países desarrollados, con frecuencia se suele escuchar que las cosas se valoran cuando las pierdes, pues muchas se dan por sentadas. Sin embargo, ante la crisis del coronavirus, bienes y derechos como el agua, la salud y la educación se han revalorizado aquí, y conviene recordar que se deben reforzar los esfuerzos para que los más vulnerables puedan afrontar la pandemia.
Bienes y derechos que en los países más desfavorecidos también se han visto afectados, aunque hay distintas iniciativas, sobre todo, por ejemplo, en lo que al agua se refiere, para que puedan lavarse las manos. Entre ellas, están los esfuerzos de Misiones Salesianas (entidad sin ánimo de lucro de la congregación religiosa de los salesianos que trabaja para la promoción, protección y educación de los niños y jóvenes más vulnerables en más de 130 países) no solo para que les falte comida o refugio, sino también para llevar agua y concienciar a la población sobre la importancia de la prevención y de la higiene en diversos países (Liberia, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, Sierra Leona, Angola, Etiopía, Camerún, Perú, México, entre otros muchos) o fabricar mascarillas (por ejemplo, en India). Y es que lo de lavarse las manos no es baladí, sino que es una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que la contempla como una de las medidas más eficaces para evitar el Covid-19. Un gesto tan básico que puede hacer tanto -también en otras muchas enfermedades- y que en los países desarrollados parece insignificante, pero que en los pobres es un reto y una asignatura pendiente en muchos casos.
Seguimos trabajando en todo el mundo para proteger a los más vulnerables de esta #pandemia. En #Lubumbashi (#RDCongo) enseñamos a lavarse las manos con mucho ritmo ??? #coronavirus #QuédateEnCasa #VamosASuperarloJuntos pic.twitter.com/owUumsKm2z
— Misiones Salesianas (@MSalesianas) April 8, 2020
El agua, la salud y la educación también han sido objeto de conmemoraciones habituales en estos días o lo van a ser próximamente, pero se deberían tener mucho más presentes el resto de los días del año, pues tristemente, en el siglo XXI no están garantizados para todas las personas del mundo. El pasado 22 de marzo se celebró el Día Mundial del Agua, algo que conmemora Naciones Unidas desde 1993. El considerado como oro azul es el recurso renovable más importante pero limitado: a pesar de estar presente en tres cuartas partes de la corteza terrestre (97,5% es agua salada y 2,5% agua dulce), sólo el 0,025% es potable y requiere tratamiento para que pueda utilizarse y pueda consumirse con normalidad.
Actualmente, hay más de 2.100 millones de personas en el mundo que no tienen acceso a agua potable en sus casas, es decir, tres de cada diez. Para la década 2018-2028, Naciones Unidas declaró el decenio internacional ‘Agua para el Desarrollo Sostenible’, en línea con el objetivo de garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todo, que se recoge en el número 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, a día de hoy, aún queda un largo camino por recorrer para que esa meta esté alcanzada en 2030.
El agua está presente en tres cuartas partes de la corteza terrestre, pero sólo el 0,025% es potable y requiere tratamiento para que pueda usarse
El pasado 7 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Salud, que se celebra desde 1948, coincidiendo con el nacimiento de la OMS. En esta edición, se ha dedicado a destacar la labor de los profesionales de la enfermería, insistiendo en que se necesitan más de 6 millones para la cobertura sanitaria universal, y que al igual que los médicos, y otros muchos profesionales se están jugando la vida en la crisis del coronavirus, y con mucha frecuencia sin las medidas de protección y de seguridad adecuadas ni los medios necesarios.
La pandemia del coronavirus y las medidas de confinamiento que han decretado muchos gobiernos también han afectado a la actividad laboral de muchas personas, pues se han cerrado muchos centros de trabajo y fábricas (en algunos se ha podido seguir a través del teletrabajo), que van reanudando su actividad a medida que se va controlando la enfermedad. Ante este contexto ha cobrado mayor relevancia el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo que se celebra el próximo 28 de abril, y se lleva haciendo desde 2003.
En el mundo hay 263 millones de niños y jóvenes que no tienen derecho a la educación, pese a que está recogido en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La pandemia ha provocado que a estos se sumen 1.500 millones más por el cierre de los centros escolares en 188 países debido a las medidas de confinamiento decretadas por los gobiernos. Precisamente, entre el 27 de abril y el 3 de mayo, tendrá lugar la Semana de Acción Mundial por la Educación, que se realiza desde 2001. Este año, la Campaña Mundial por la Educación (una coalición internacional presente en más de 100 países, formada por ONG, sindicatos educativos, centros escolares y movimientos sociales) ha hecho un llamamiento a la sociedad para que se proteja este derecho durante el coronavirus.
En nuestro país, la CME está liderada por Ayuda en Acción, Educo, la ONG jesuita Entreculturas y Plan International España, y en esta edición ha lanzado la iniciativa ‘#LaMejorLección’ con el objetivo de poner en valor el papel esencial de la educación en la recuperación de esta crisis, donde invita a que las personas compartan reflexiones y lecciones aprendidas en relación a la educación en este contexto excepcional. Los participantes lo pueden hacer mediante fotos, vídeos o textos que se compartirán en las redes sociales y que después se recopilarán en un libro que CME hará llegar a los representantes políticos. Y es que en nuestro país, el coronavirus ha dejado unos 10 millones de estudiantes en sus casas y también ha puesto de manifiesto desigualdades económicas y sociales, así como la brecha digital (entre el 10% y el 15% de los niños carece de conexión a Internet o de ordenador en sus casas).
La pandemia del coronavirus ha revalorizado bienes y derechos como el agua, la salud y la educación, pero ojalá, todos trabajemos unidos para que dejen de ser una asignatura pendiente en los países más favorecidos y en los desarrollados se valore más su importancia.
© Fotografías de Unicef, Misiones Salesianas y archivo
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