El incumplimiento terapéutico (fármacos o dieta) es el responsable de hasta dos tercios de los casos de insuficiencia cardiaca congestiva (ICC) en ancianos, una enfermedad crónica de gran prevalencia, que actualmente afecta a más de medio millón de personas en España, y cuyas cifras no paran de incrementarse ante el progresivo envejecimiento de la población.

Asimismo, se trata de la causa más frecuente de hospitalización en personas mayores de 65 años, y en su aparición también pueden influir la sobrecarga de fluidos en los enfermos hospitalizados, así como la pérdida de reserva cardiovascular.

“Como resultado, cualquier patología aguda, o incluso el empeoramiento de enfermedades crónicas, puede desencadenar o agravar un cuadro de insuficiencia cardiaca en las personas de edad avanzada”, explica la geriatra del Hospital Quirónsalud Zaragoza, Nieves Fernández Letamendi.

Un cuadro de ICC debe ser abordado desde el punto de vista multidisciplinar

Esta especialista destaca además que la descompensación cardíaca en las personas ancianas se asocia a un mayor riesgo de institucionalización, de reingreso, así como a una disminución de la calidad de vida del paciente, y a un aumento de la mortalidad de quien la padece.

De hecho, remarca que en el 70% de los casos de insuficiencia cardiaca (IC) en el anciano, la causa principal incluye la hipertensión arterial y la enfermedad isquémica coronaria: “Lo más frecuente es que la causa sea multifactorial. Pueden asociarse valvulopatías, trastornos del ritmo, abuso de alcohol, toma de determinados fármacos, insuficiencia renal, anemia o disfunción tiroidea, entre otras enfermedades”.

Cuándo acudir al especialista

En concreto, la especialista de Quirónsalud Zaragoza cita que los 5 síntomas clásicos que nos deben hacer sospechar de una descompensación cardiaca en una persona anciana son:

1.- Disnea: dificultad respiratoria, con sensación de falta de aire

2.- Oliguria: disminución de la cantidad de orina al día. 

3.- Nicturia: tenerse que levantar muchas veces al baño para miccionar por la noche

4.- Ortopnea: para dormir necesita varias almohadas o dormir sentado porque si no se tiene dificultad respiratoria. 

5.- Edemas: hinchazón de extremidades inferiores.

“Sin embargo, con mucha frecuencia, especialmente en mayores, la ICC puede presentarse de manera atípica, asociada a cansancio, debilidad muscular (que incluso favorezca caídas), anorexia, ansiedad, depresión, delirium o deterioro cognitivo”, advierte Fernández Letamendi.

Con mucha frecuencia, especialmente en mayores, la ICC puede presentarse de manera atípica, asociada a cansancio, debilidad muscular 

Así con todo, insiste en que ante cualquier síntoma no dudemos en preguntar a un experto y en acudir a un centro sanitario, hoy en día instalaciones seguras frente al contagio de coronavirus, al haber diseñado circuitos libres de este virus. Además, la geriatra subraya que hay hospitales, como el Quirónsalud Zaragoza, que cuentan con la acreditación ‘Applus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19’, que certifican su cumplimiento de los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia.

Un tratamiento multidisciplinar es necesario para la ICC

Con ello, la doctora Fernández Letamendi resalta igualmente que un cuadro de ICC debe ser abordado desde el punto de vista multidisciplinar, y para ello ve fundamentales los cuidados posteriores a uno de estos episodios y el seguimiento estrecho del paciente. “En su éxito se conjugan el tratamiento farmacológico y el no farmacológico”, insiste la geriatra de Quirónsalud Zaragoza.

Como experta, sostiene que el papel de los geriatras ante un caso de descompensación cardíaca en personas mayores consiste, primero, en valorar las causas de la ICC teniendo, en muchas ocasiones, un diagnóstico más precoz, “ya que al conocer la presentación atípica es mas fácil orientar el diagnóstico”.

Estos especialistas, según defiende, pueden ajustar el tratamiento farmacológico, teniendo en cuenta las posibles interacciones con otros fármacos y la influencia que va a tener el envejecimiento en la respuesta a algunos de ellos: “Lo que está indicado para un paciente de 50 años puede ser contraproducente para uno de 75, en atención a su comorbilidad, su edad biológica, y su grado de fragilidad”.

En el 70% de los casos de Insuficiencia Cardiaca en el anciano, la causa principal incluye la hipertensión arterial y la enfermedad isquémica coronaria

La especialista de Quirónsalud incide en que los geriatras también pueden valorar la indicación de derivar a Cardiología a algunos pacientes, con el objetivo de que se realicen una serie de pruebas específicas (ecocardiogramas, ergometrías, holter…) o bien de que lleguen a plantearse tratamientos intervencionistas que puedan mejorar su calidad de vida

“Podemos asesorar en varios aspectos del tratamiento no farmacológico que son muy importantes: La educación de enfermos, familiares y cuidadores (ya que los pacientes cumplen mejor con el tratamiento si entienden y conocen su enfermedad); así como aportar recomendaciones sobre si puede estar indicada la ayuda profesional del Rehabilitador/Fisioterapeuta, para aumentar progresivamente su resistencia al esfuerzo (endurance) y mejorar la recuperación, o bien en las fases más avanzadas, adaptarnos, muchas veces con ayudas técnicas y sin forzar, para no provocar una descompensación, aconsejando , además, sobre prevención de complicaciones del síndrome de inmovilidad”, detalla.

En estos pacientes se estudia la inmunización, y se suele se recomendar la vacunación antigripal (anual) y la neumocócica según protocolo; además por supuesto del apoyo psicológico, ya que la depresión es muy frecuente en los casos de IC, y es muy frecuente un mayor grado de deterioro cognitivo en estos pacientes, sentencia la experta de Quirónsalud Zaragoza, Nieves Fernández Letamendi.