No voy a decir que la Unión Europea haya batido sus marcas de ridículo porque albergo muchas esperanzas en la capacidad, enorme, de los eurócratas bruselinos para superarse en esto de hacer el ridi.

Pero el problema migratorio en la frontera entre Bielorrusia y Polonia es el nuevo escenario del ridículo progresista europeo.

Les explico: Lukashenko, el líder bielorruso, un tirano en su país, utilizado como marioneta por Vladimir Putin como contención intermedia ante el enemigo europeo, ha decidido utilizar a los pobres de Iraq y Oriente próximo como misiles humanos contra la Unión Europea. Ha tenido que ir a buscarles a Irak y traerles él en avión a Bielorrusia, con la promesa de un trabajo en la Europa libre. Luego les han empujado hasta la frontera bielorruso-polaca y  allí... que les detengan los polacos, que así quedarán como los inhumanos depredadores de impecunes desesperados.

RTVE protesta por el Estado de Excepción decretado por el polaco Morawiecki pero no por los disparos del bielorruso Lukashenko contra los inmigrantes que se mueren de hambre y de frio

Son bombas migratorias contra Polonia. Esa Polonia ultracatólica que maltrata a los pobres refugiados iraquíes. 

Y así surge la paradoja: la OTAN, organismo militar, apoya a Varsovia, mientras Bruselas, organismo civil, unidad plurinacional de la que forma parte Polonia, deja hacer a las ONGs que aseguran que Varsovia está violando los derechos humanos de los inmigrantes. El primer ministro, Mateusz Morawiecki, ese lamentable ultracatólico racista polaco, es el depredador de emigrantes, aunque sí, al fondo anda una tal Lukashenko, protegido de Vladimir Putin, quien no es un mal chico, no, pero claro, poco tiene que ver con el problema. Y como Lukashenko no admite cámaras de televisión hay que creer a los inmigrantes, cuando aseguran que policías y militares bielorrusos les han llevado como ganado hasta la frontera con Polonia y como pretendan volver a Minsk, les disparan. Pero los malos son los polacos que defienden sus fronteras.

Y así, en este ambiente onegero fomentado por Bruselas, los equipos de RTVE protestan por el Estado de Excepción decretado por Morawiecki en su frontera pero no por los disparos de Lukashenko contra los inmigrantes. Es que los polacos son transparentes pero el tirano de Minsk no lo necesita. De sus fechorías no tiene por qué enterarse nadie.

Es la Europa ridícula que se revuelve contra sus principios cristianos -todo sea por fastidiar a la católica Polonia- y es el nuevo modelo de guerra que usa a los desesperados como arma arrojadiza

Ahora bien, hay alguien a quien sí le preocupa la utilización de seres humanos como misiles, y no por motivos humanitarios, sino de seguridad. Y así, el defensor de Polonia ha resultado ser el secretario general de la OTAN -que también tiene su sede en Bruselas- el danés Jens Stoltenberg. Insisto, no por razones humanitarias sino de seguridad pero que le obligan a decir que aquí el malo no es Polonia sino Bielorrusa, que Polonia hace lo que tiene que hacer para defender sus fronteras y para no crear una efecto llamada, mientras que Lukashenko no hace otra cosa que utilizar, de forma repugnante, a la miseria como misiles humanos contra el Occidente libre.

Mientras Bruselas sonríe. Todo lo que sea dañar a su socio polaco, bien merece enaltercer y apoyar indirectamente a su no socio bielorruso, y ruso propiamente dicho. A fin de cuentas, Europa depende del gas de Putin y a los eurócratas de Bruselas no les mueve el corazón pero sí el bolsillo. Además, con Putin pueden hacer buenos negocios, con Polonia menos.

Es la Europa ridícula que se revuelve contra sus principios cristianos (todo sea por fastidiar a la católica Polonia), es la nueva guerra mundial que utiliza a los inmigrantes como arma arrojadiza.

Esta Europa es una farsa.