Parlamento de 81 diputados o procuradores. Mayoría absoluta 41. Resultado de las elecciones autonómicas -véase el gráfico de Electomania- celebradas en domingo 13 de febrero en Castilla y León, antes conocida como Castilla: PP 31 diputados, PSOE 28, Vox 13, Unión del Pueblo Leonés 3, Soria ya 3, Podemos 1, Ciudadanos 1 y Por Ávila 1.

La paganización del PP constituye el paso previo a su insignificancia, en un proceso similar al de Ciudadanos (1 diputado). Y ojo, porque el PP progre y el PSOE progre se parecen mucho

La declaración más relevante y más preocupante de la noche electoral fue la de Teodoro García Egea, número dos de Pablo Casado en el PP con categoría de secretario general: Mañueco debe gobernar en solitario, sin pactar con Vox, pues ambos partidos sumarían mayoría absoluta.

¿Con tan sólo tres diputados más que el PSOE pudiendo contar con una mayoría de 44 diputados? Pues sí, ¿Y qué le pediría Vox a cambio? Pues que defendiera una serie de principios que puede resumirse en dos: aborto y contención de la venenosa ideología de género.

Soria y Ávila entran en el Parlamento: ¿Serán otro Teruel existe, populismo de izquierda al servicio del PSOE?

¿Cuál es el problema? Pues que el PP de Egea y Mañueco es progresista, y ya se sabe lo que eso significa. Es más, antropológicamente, gente como Egea, Feijoó, Moreno o Mañueco. Donde se manifiesta la derecha española descristianizada, paganizada, que sólo le queda la herencia, más o menos dilapidada, de lo que fue. Insisto: ideológicamente, Mañueco, abortista, cristófobo, etc, está más cerca del PSOE que de Vox. Y además se enorgullece de ello.

En resumen, Egea, el metepatas enorme, propone un gobierno de Mañueco en solitario, sin Vox. Pues sólo le queda pactar con el PSOE. Es decir, vuelve la tentación del bipartidismo, tentación tanto para Pablo Casado como para Pedro Sánchez. Esto es: prescindir de Podemos y de Vox para crear la hidra progre de dos cabezas, la cabeza de centro izquierda y la cabeza de centroderecha: PP y PSOE. La verdad, para eso, casi me quedo con lo que tenemos.

Vox sigue situándose como el partido católico, no siempre santo, mientras el PP se hace cada vez más progre con el progre Mañueco. Es decir, cada vez más inconsistente

Otro fenómeno a considerar tras estas elecciones: la paganización del PP constituye el paso previo a su insignificancia, en un proceso similar al de Ciudadanos (1 diputado). Pero ojo: el PP progre y el PSOE progre se parecen. A mayor gloria de Vox, naturalmente.

Los nuevos partidos. Soria y Ávila entran en el Parlamento. Un triunfo, sin duda. Ahora bien: ¿serán otro Teruel existe, populismo de izquierdas al servicio del PSOE, como lo ha sido Unión del Pueblo Leonés? Me temo que sí.

Vox sigue situándose como el partido católico, no siempre santo, dicho sea de paso y con una asignatura pendiente: distinguirse como el único partido liberal, es decir, defensor de la propiedad privada. En el entretanto, el PP se hace cada vez más progre con el progre Mañueco. Es decir, cada vez más inconsistente.

Insisto: ideológicamente, Mañueco, abortista, cristófobo, etc, está más cerca del PSOE que de Vox. Y además se enorgullece de ello

Insisto: ideológicamente, Alfonso Fernández Mañueco es abortista, cristófobo, etc,  ergo, está más cerca del PSOE que de Vox. Y además se enorgullece de ello. Puede formar gobierno en solitario pero eso significaría para Pablo Casado no atravesar el Rubicón: recuperar los principios fundacionales del PP, que son principios cristianos.

Al final, vuelve la tentación del bipartidismo, tanto para Casado como para Sánchez: prescindir de Podemos y de Vox para crear la hidra progre de dos cabezas: PP y PSOE. Oiga, para esto, casi me quedo con lo que tenemos.