• Oiga, es que la Choni del PP se nos ha metido a obispa.
  • Para entendernos, lo que pretende Cifuentes es lavarles el cerebro a nuestros niños para convertirlos en homosexuales.
  • Quieran o no quieran sus padres.
  • Y lo que persigue el lobby gay, apoyado por la tatuada Cifuentes, es amordazar a los cristianos e imponer el homosexualismo.
  • Sobre todo, a los obispos que están dispuestos a interponerse entre sus ovejas y el lobo.

Yo de derecho canónico ando fatal, pero por mucho menos se ha excomulgado a personas en el seno de la Iglesia. A personas como La choni del PP, ilustrísima presidenta de la comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Con su ley en presunta defensa de la igualdad de los homosexuales, la choni Cifuentes pretende dos cosas: que todos seamos homosexuales y enmendarle la plana a Dios, es decir, al Magisterio eclesial. Por una parte, que de eso estamos hablando, obliga a que las escuelas, también en las concertadas, enseñen a los niños, desde su más tierna infancia, la opción homosexual y, en general, lo maravillosa que es la sodomía. Por otra, cuando los obispos valientes, dispuestos a defender a sus corderos del lobo (no, no me refiero a la Choni, ésta es solo colaboradora eficiente del lobo) se atreven a levantar la voz, con claridad y caridad, Cristinita nos dice que los señores obispos de Alcalá y Getafe no son católicos. ¿Quién lo dice? Cristinita. Para que lo entiendan: católico no es aquel que concuerda con el Magisterio de la Iglesia sino con la Choni del PP, autonominada obispa (también en su acepción clásica, la del Buscón don Pablos), en su derivada feminista modelnona. Es lo suyo: si a la tatuada me la ofrecen el puesto de Papisa, pues por ella que no quede. La Choni del PP madrileño asegura que en su entorno católico (¡Ay madre!), en el entorno de su partido católico (¡Ay madre!) y muchos católicos más de los que ella tiene consciencia (¡Ay madre!), no piensan como los obispos… pues que entonces son los monseñores Reig Pla y Joaquín López de Andújar los que andan en el error y la herejía. Y ya es hora de que el catecismo de la Iglesia Católica no sea impuesto desde arriba. El Catecismo es lo que Cristinita y su entorno, que es muy católico, decidan qué es. Es lo que los moralistas han llamado siempre ética del consenso, pero ni tan siquiera del consenso social, sino del consenso del Partido Popular madrileño, más en concreto el consenso de la choni Cristinita. Y lo más grave es el silencio de la cúpula del PP. Del PP y de los centros católicos de enseñanza, que son las víctimas de Cristinita, de los padres de familia, que no se plantan y prefieren salvar el concierto económico que salvar la educación de su prole. En definitiva, no sé si lo más grave es lavarles el cerebro a los niños para que sean sodomitas o que los padres y ciertos sectores católicos lo permitan. Así que, ¿por qué no excomulgar a Cristinita? Así, al menos, quedaría claro qué es lo católico y qué es lo rabiosamente anticatólico. Además, no crean que la hacían mucho daño: ella estaría feliz. Eulogio López eulogio@hispanidad.com