- Con mamporreros incluidos. Si no, al tiempo.
- No confío en el Comité de Bioética de España pero esta vez acierta.
- Dudo mucho que un hombre y una mujer que recurren al vientre de alquiler eduquen a su hijo.
- Entre otras cosas porque estos niños-producto suelen vivir sin padre o sin madre.
Nunca he tenido excesiva confianza en el
Comité de Bioética de España, pues sé por experiencia que acostumbran a estar más pendientes de la
biología que de la ética. Pero aplaudo
el artículo de José Miguel Serrano Ruiz-Calderón, miembro de dicho Comité, publicado días atrás en
La Razón.
Sobre
vientres de alquiler: la
maternidad subrogada -que cursilada- no constituye el atentado más grave contra la vida (eso es el aborto y, medalla de plata, la utilización de embriones como cobayas de laboratorio) pero sí que
representa un símbolo de la mercantilización de la persona. No quiero perder la figura así que le colocaré mis cositas y las de mi pareja a otro vientre, a ser posible del Tercer Mundo, que necesitan dinero para sobrevivir.
Dudo mucho de que un hombre y una mujer que tienen un hijo de alquiler se comprometan a criarlo, una tarea costosa que lleva la mitad de una vida. Entre otras cosas porque estos
niños-producto suelen vivir sin padre o sin madre.
Y tiene razón
La Razón: los vientres de alquiler son lo más parecido a una feria de ganado. Con mamporreros incluidos. Si no, al tiempo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com