- Felipe González tenía razón.
- Zapatero se equivocó.
- Loco no es el que ha perdido la razón sino al que no le queda nada más que la razón.
- Pero Hugo Chávez ha servido para algo: ahora sabemos cómo es Podemos.
Nicolás Maduro (
en la imagen) es un oligofrénico con muy mala leche. O un personaje con tan mala leche que
ha acabado oligofrénico.
Ahora bien, recuerden que no son los locos los que se vuelven malos sino
los malos los que se vuelven locos. Y recuerden también que los locos pueden ser buenos o malos. Recuerden, por último, que loco no es aquel que ha perdido la razón sino aquél al que sólo le queda la razón.
Por eso, ha decidido que,
como han perdido las elecciones al legislativo, deben acabar con el legislativo. No cerrarlo, sino anularlo, que es la táctica de los tiranos.
Al final,
Felipe González estaba en lo cierto y Zapatero se equivocó. Maduro no es recuperable para las buenas causas. Es sólo un tirano. Como tal, caprichoso, y como tal un personaje ante el que solo puedes inclinarte o enfrentarte.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com