- España: olvídate de Cataluña y ocúpate del mundo.
- Políticos españoles: aves gallináceas, de vuelo bajo.
- Ejemplo, Mariano Rajoy. Utiliza a Cataluña para forjarse una leyenda de político firme, lo que nunca ha sido.
- Ejemplo, Pedro Sánchez: utiliza el independentismo catalán para mandar en España.
- El Gobierno español debe aspirar a tener un papel director en Europa y en Iberoamérica. Ahora, no lo tiene ni de lejos.
- Lo tuvo en el pasado, cuando no se miraba el ombligo.
Los españoles deben olvidarse del problema territorial, no porque Cataluña no sea importante, sino porque 46 millones de personas no pueden vivir pendientes de lo que digan la mitad de 7,5.
Y porque la cuestión territorial es una cuestión menor. Absolutamente menor. Y porque en Cataluña no a pasar 'res de res'. Es más, lo importante es lo que ya ha pasado: el enfrentamiento entre media
Cataluña contra la otra media y de Cataluña con el resto de España.
Y lo importante es por qué ha pasado eso. ¿Por una falta de acuerdo entre Madrid y Barcelona? Hombre, sí, pero eso es una obviedad. Ha pasado porque
la acelerada descristianización de España en general y de Cataluña en particular, ha hecho que los catalanes se encuentran sin una razón para vivir; para muchos soberanistas, han encontrado su dios en la independencia catalana. De hecho, no hablan de otra cosa, no piensan en otra cosa.
Pero, por todo esto,
los políticos españoles deberían olvidarse un poquito de Cataluña, cuyo independentismo, por cierto, resulta espantosamente narcisista. Así que, cuando
Puigdemont diga la próxima tontería, lo mejor será no responder.
España fue un país influyente en el mundo cuando no se miraba el ombligo, cuando su tarea consistía en evangelizar el mundo, detener al islam o evangelizar Iberoamérica. Y también lo fue, cuando ya sin colonias ni poder político o económico, se convirtió en un
baluarte de la ortodoxia cristiana.
Así que olvídense de Cataluña. Que Puigdemont tira las patas por alto: que las tira.
Ni tan siquiera hay que echarle encima la brigada Aranzadi. Simplemente, se le impide hacer aquello con lo que amenaza y hasta las próximas elecciones. Total, en Cataluña no deja de haber elecciones.
La asignatura pendiente tanto de Cataluña como del resto de España -que también en esto nos parecemos-
consiste en la recristianización. Lo demás se nos dará por añadidura.
Y esto exigirá mucho. Nuestros políticos son aves gallináceas, de vuelo bajo. Ejemplo,
Mariano Rajoy. Utiliza a Cataluña para forjarse una leyenda de político firme, lo que nunca ha sido.
Ejemplo,
Pedro Sánchez utiliza el independentismo catalán para mandar en España, al tiempo que le importan muy poco tanto España como Cataluña:
son materia primera de trabajo para su propia egolatría.
Y lo que es más importante: el Gobierno español debe aspirar a tener un papel director en Europa y en Iberoamérica. Ahora, no lo tiene ni de lejos. Y cuando más se mire el ombligo catalán, menos pintará en el mundo.
Por de pronto, hablemos menos de Cataluña.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com