• Y la pregunta es: ¿No lo sabían?
  • En cualquier caso, el Papa ha dejado claro que no se trata de cuestionar la familia natural, sino de apoyarla.
  • La doctrina no consiste en si divorciados u homosexuales pueden comulgar si no si se puede comulgar en pecado mortal.
Lo ha contado Lombardi, portavoz del Vaticano, así que no sólo es verdad sino que resulta pertinente (sí, los portavoces no mienten cuando hablan, otra cosa es cuando no hablan). El Papa Francisco se personó en el Sínodo en su segundo día, para aclarar a los prelados allí reunidos que no se trata de hablar de la doctrina del matrimonio. En plata, que la doctrina no puede cambiar. La pregunta es: ¿hacía falta esta aclaración? Pues, al parecer, sí. Lo que está claro es que el Papa ha pretendido aclarar las cosas y centrar a los sinodales. En efecto, la doctrina no se puede mover: lo que hace la Iglesia es hacer hincapié en aquellas partes de la doctrina olvidadas. Y la doctrina no habla de divorciados vueltos a casar o de si los homosexuales pueden comulgar. Es más sencillo. Lo que dice la doctrina es que en la especie sacramental está el mismo Dios y que, por tanto, se necesitan tres condiciones para comulgar bien: estar en gracia de Dios, no haber comido una hora antes y saber a quién se recibe. La primera resulta fundamental y, sin ánimo de juzgar conciencias, cuando alguien vive en situación irregular hay que suponer que está infligiendo la primera norma. ¿Verdad que es sencillo? Porque los que hablan de que, en nombre de la misericordia, hay que permitir la comunión de los 'irregulares' lo que están haciendo es legalizar el sacrilegio. Francisco ha 'bajado el Sínodo' para decirles "no es esto, no es esto". Aclarada la cuestión, lo único preocupante es lo siguiente: ¿Por qué ha tenido que hacerlo? Además, está claro que, al final, lo que diga el Sínodo no importa. La Iglesia no es un parlamento. Lo que importa es lo que diga el Papa. Hombre, a ningún Papa le gusta que algunos de sus próximos le empujen en la dirección equivocada. En cualquier caso, no se hace un Sínodo para cuestionar la familia sino para apoyarla. Eulogio López eulogio@hispanidad.com