• El problema de Pedro Sánchez es que es un resentido, vive en el rencor.
  • Mariano Rajoy es un tibio: no hará perrerías a nadie pero tampoco hará nada por nadie.
  • Albert Rivera es la derecha pagana, que no cree en principios y vive condenada al fatalismo.
  • Pablo Iglesias es, ante todo, un grandísimo mentiroso. Lógico, el comunismo no es más que una gran mentira.
Retrato de los cuatro grandes líderes políticos españoles (en la imagen): ¡Me duele España! El hombre de moda, Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, es un resentido, un hombre que vive del rencor y en el rencor. Conozco a muchos políticos vengativos pero como Sánchez no he conocido a ninguno. Ni perdona ni olvida y guarda rencor hasta por las presuntas ofensas que nadie le ha hecho pero que él interpreta como tales. Como todo espíritu orgulloso, Pedro Sánchez considera que el discrepante jamás alberga la menor rectitud de intención y que las críticas no son otra cosa que ganas de hacerle daño. Justamente a él. Y como encima nuestro hombre no tiene muchas luces y la gente lo sabe es un tanto maliciosa y lenguaraz… pues casi siempre dispone de un arsenal de ofensas a las que responder. Le vendría bien recordar la primera oración de la Iglesia por los políticos, atribuida a Clemente Romano. "Concédeles, Señor, la salud, la paz, la concordia, la estabilidad, para que ejerzan sin tropiezo la soberanía que tú les has entregado… Dirige, Señor, su consejo según lo que es bueno, según lo que es agradable a tus ojos, para que ejerciendo con piedad, en la paz y la mansedumbre, el poder que les has dado, te encuentren propicio". Sánchez carece de mansedumbre, esa virtud viril, porque lo fácil es la ira y la venganza, y ese carácter presuntuoso que siempre adorna a don Pedro Sánchez. Enfrente tenemos al líder del PP. Mariano Rajoy es simplemente un tibio. Se llama católico, sólo que no ejerce la cosmovisión cristiana y, por el contrario, su religión es el coche oficial. No hará perrerías a nadie, siempre que no sea necesario para mantenerse en el sillón pero tampoco hará nada por nadie. Albert Rivera es la derecha pagana, tan abundante hoy en día. Probablemente el más superficial de todos. Rivera es el pagano que rinde culto a la naturaleza porque considera que no hay nada más allá ni puede haberlo y, sobre todo porque, como buen pagano, es un fatalista. Lo que ocurre no puede no ocurrir. Vamos con Pablo Iglesias, líder de Podemos. Ante todo, es un grandísimo mentiroso. Lógico, los de Podemos no son antisistema -como puede verse ahora que ocupan sillones- sino neocomunistas (neocom) y los comunistas de antes y de ahora adoran el sistema: de hecho, toda su obsesión consiste en controlarlo. Y todo esto es esperable. El comunismo es, antes que ninguna otra cosa, una gran mentira. Es un qué sin porqué. Por ejemplo, su embuste más popular consiste en asegurar que ellos trabajan para los desheredados cuando lo cierto es que viven para copar el poder, su verdadera obsesión… en nombre de los impecunes. Por eso exageran tanto la pobreza y nos dicen que los niños en España pasan hambre y van al colegio sin desayunar. Viven de la mentira. Y el poder, en sentido marxista -y me temo que en cualquier otro sentido-, no es otra cosa que la capacidad de infligir dolor… al prójimo y a la prójima. Otra de las grandes mentiras del líder de Podemos es que rige el conglomerado más corrupto de todos (Podemos) ¡en nombre de la lucha contra la corrupción! Sí, los neocom (que no neocon) de Podemos son los más corruptos de todos, sólo que todavía no han dispuesto de mucha caja como para meter la mano en la caja. Eso sí, su tipo de corrupción es distinta a la de la derecha. Los comunistas no buscan el poder para obtener dinero sino el dinero para obtener poder. Pero, al igual que la derecha trabajan con el dinero de los demás. El comunismo le roba el dinero a la gente en nombre de la gente, en nombre del Estado y de las prestaciones públicas. Pero se trata del mismo robo que el de los grandes mercados y multinacionales de la derecha. A veces, como se trata de la mayor de las multinacionales, el Estado, la izquierda roba más que la derecha. Pero lo importante es que el espíritu es el mismo. La imagen es: ¿qué les importa a Iglesias, Errejón y Monedero bajarse su sueldo público si pueden administrar todo el dinero público, es decir, la propiedad privada de los ciudadanos? Ellos no quieren tener una gran nómina sino utilizar toda la nómina del presupuesto público a su conveniencia. Y sí pueden hacerlo de por vida: es decir, perpetuarse en el poder. Y todo ello para redimir a los pobres. A beneficio de los huérfanos y de los pobres de la capital. Es el manual del buen comunista. Cuatro hombres por el bien común de los españoles. Podríamos jubilarlos a todos: o venderlos a algún país extranjero que nos caiga especialmente gordo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com