• El ambiente en el que Rita Maestre se atrevió a profanar la capilla de la Complutense es el de Cristofobia creciente.
  • Y ese ambiente puede resumirse así: "Cristiano, no te atrevas a abrir la boca o te la rompemos".
  • No lo duden: la persecución contra los cristianos ya ha comenzado.
Un lector me dice que estoy exagerando cuando hablo de la persecución religiosa en España. Esto no es Nigeria, asegura. En fin, yo lo dudo. Sobre todo cuando vuelvo a leer las declaraciones de la concejala Rita Maestre (en la imagen) en el juzgado. Cínicas claro, pero hay mucho cinismo en los estados. No, lo que me importa no es el cinismo, lo que me importa es aquello que lo provoca: el odio a la fe. Veamos. Lo primero que hace Rita Maestre en su comparecencia ante la jueza es negar que pretendiera ofender a los católicos al entrar, junto a otros destacados militantes y militantas de la libertad, con las tetas al aire, en una capilla de la Universidad Complutense y gritar "arderéis como en el 36". ¿Es que acaso esa fruslería puede ofender a alguien? ¡Qué susceptibles son estos católicos! Esto me recuerda lo de los mineros asturianos de mi niñez, allá por los años setenta: "estos castellanos qué raros son, les llamas hijos de puta y se enfadan". Y no se crean: Rita es una buena chica. A renglón seguido, declara que, si ha podido molestar a alguien -algo extraño, ciertamente- no tiene ningún problema en pedir disculpas. Me encanta el condicional "si…". Es decir, no se arrepiente de haberlo hecho pero es tan respetuosa que si ha ofendido a alguien -cosa extraña, insisto- está dispuesta a disculparse. Pasemos del dolor de los pecados al propósito de la enmienda: ¿Lo volvería a hacer? Nooooo. Pero escuchen el motivo: con la que se ha armado. Es decir, que si no estuviera encausada y en peligro de perder su sueldo de concejala y su poder de regidora, claro que repetiría. Es lo que se llama dolor de atrición civil: actuar, no por lo justo, sino por temor al castigo. Vamos ahora con lo del cinismo. La pobre Rita se hace cruces cuando el fiscal le pregunta, de nuevo, si, con su pacífica manifestación, pretendía ofender los sentimientos de los cristianos. No, por Dios. Lo que ella quería era defender una opinión muy digna, muy laica: quería universidades "libres de capillas católicas". ¿Lo cogen? "Libres", o sea, como si estuviera hablando, mismamente, de la tuberculosis. Más cinismo: El torso desnudo -o sea, mostrar las domingas delante del Sagrario- no puede ser ofensivo para nadie. Claro que no, Rita. De hecho, debes mostrarlos en los plenos del Ayuntamiento de Madrid, en la mezquita de la M-30, en la reunión de la asociación de vecinos, en casa de tu cuñado y en tu propia casa, delante de papá. Porque enseñar el torso no puede ofender a nadie. Por supuesto que no, oh alumna favorita de tu profe, Pablo Iglesias. Se me dirá que sólo estoy describiendo la mala leche, el cinismo y la necedad de unos jovencitos, los mismos que ahora se preparan para regir España. Y es posible que así sea. El coeficiente intelectual del mariachi de Podemos no da para más. Ahora bien, lo que me preocupa es que Rita Maestre y sus chicas laicas no se hubieran atrevido a perpetrar la blasfemia si no se sintieran arropadas por un ambiente que, ese sí, va a generar, está generando ya, la persecución religiosa por odio a la fe, que en el fondo es por odio a Cristo. Y esa persecución apuntará directamente a la eucaristía. Y la Iglesia vive de Eucaristía, la Iglesia es eucaristía. La iglesia y los cristianos, naturalmente. Claro que ha empezado la persecución religiosa en España. Y advierto: o se le paran los pies a doña Rita o la profanación de la Complutense se repetirá, y con toda impunidad, en otros templos y tabernáculos. En nombre de la laicidad, claro está, porque Pablo Iglesias ya ni habla de laicismo, sólo de laicidad, que en su jerga significa eso que están ustedes pensando: cristiano, no te atrevas a abrir la boca o te la romperemos. Eulogio López eulogio@hispanidad.com