• Bien por Ada Colau, que ofrece Barcelona como ciudad-refugio.

Que sí, que la emigración es mala por sí misma. Significa que la gente no puede vivir en su patria. Además, descapitaliza a un país porque los mejores son los que se van. Pero lo de ahora en Europa no son inmigrantes, son refugiados. El Estado Islámico les fuerza a huir de Oriente Próximo. Por tanto, no hay excusas: hay que aceptarles al tiempo que detener el efecto llamada. ¿Cómo? Pues derrotando al Estado Islámico, naturalmente, no a los kurdos ni a Bashar Al Assad, que son los que les están deteniendo. Es decir, haciendo lo contrario de lo que hace Barack Obama, el presidente más desastroso de las últimas décadas. Mientras tanto, ayudar a los inmigrantes-refugiados. Como sea. Verbigracia: bien por Ada Colau, una desequilibrada peligrosa pero que ahora hace bien en ofrecer Barcelona como terreno de acogida a parte de estos refugiados. Y Madrid también debería hacerlo, y las comunidades autónomas, y los gobiernos centrales. No hay excusas. Eulogio López eulogio@hispanidad.com