• Retrocede frente al salvajismo islámico y al tiempo provoca innecesariamente a China.
  • Eso sí, sigue teniendo a Pekín como socio comercial prioritario.
  • Y continúa empecinado en eliminar a Bashar Al Asad, como si el problema sirio fuera Al Asad.
Como un jabalí herido, Barack Obama (en la imagen) se ha vuelto peligroso. Ha fracasado hasta demasiadas veces en demasiados frentes y ahora, de pato cojo, es capaz de cualquier cosa con tal de dejar huella en la Casa Blanca. Por ejemplo, el hombre que por debilidad ha fracasado frente al salvaje expansionismo islámico ahora pretende hacerse el fuerte con China. Un destructor norteamericano atravesó aguas que China considera suyas. Injustamente, seguro, pero no parece el momento idóneo para provocar a Pekín. Además, si se quiere hacer frente a China habrá que hacer frente a su poderío económico, basado en un sistema explotador de los de dentro e invasivo respecto a los de fuera. Porque China representa la tiranía perfecta: dictadura policía comunista y economía guiada por un capitalismo salvaje, donde lo grande se come a lo pequeño. Un país dos sistemas. Mejor, el país más poblado con dos sistemas bárbaros. A ese país lo que hay que exigirle es libertad, pero libertad personal, no económica. Obama representa la más extraordinaria combinación de cobardía y chulería que recuerdo en la esfera internacional. Su legado será terrible. Eulogio López eulogio@hispanidad.com