• Y no les pide reciprocidad.
  • El presidente de Estados Unidos se descalza en la mezquita y les dirige un sermón. 
  • Los republicanos siempre han pensado que el presidente norteamericano acabará su mandato confesándose ateo o musulmán.
Barack Obama (en la imagen) es el presidente de Estados Unidos que más jaleo -incluso superando a George Bush- ha provocado en el mundo musulmán Con él, el yihadismo ha alcanzado cuotas nunca vistas. Así que no podía hacer otra cosa que presentarse en una mezquita norteamericana y lanzar alabanzas al islam, esa maravillosa religión de paz. Incluso tuvo el detalle de descalzarse, para respetar las creencias de sus interlocutores, el mismo respeto que no mantiene con el cristianismo. Los republicanos siempre han pensado que el presidente norteamericano acabará su mandato confesándose ateo o musulmán. En cualquier caso, la clave con el islam sigue siendo la misma: reciprocidad. En los países árabes masacran a los demás y en los países cristianos exigen libertad y respeto. Y Obama no pidió reciprocidad. Eulogio López eulogio@hispanidad.com