• Aunque Mariano 'cortacintas' consiguiera que todos nadáramos en la abundancia, el PP no obtendría votos.
  • Rajoy debería adoptar una actitud más humilde. Por el contrario, su tono es cada día más chulesco.

Mariano Rajoy no para de trabajar. Ha cortado cintas 'inauguratorias' en el Puente La Pepa de Cádiz, en nuevos tramos autovía en Jaén y Málaga, el AVE de León y en la mañana del miércoles el embalse del Banco Cinca (provincia de Huesca).

Lo decía el propio presidente Rajoy en el foro ABC: encontré un país económicamente deprimido y, no añadió… ha conseguido que todo el país entre en depresión colectiva.

Pero el presidente no cambia en su error permanente: piensa que con evocar sus logros económicos va a darle la vuelta a las encuestas.

Para entendernos, Rajoy tiene tres enemigos:

1. Una izquierda rencorosa que no soporta otra legislatura fuera del poder, dirigidos por un personaje letal (Zapatero-bis) que está dispuesto a aliarse hasta con proetarras con tal de llegar a La Moncloa. La izquierda se guía por el resentimiento... hasta cuando está en el poder.

2. Aquellos que votan en principios, por ejemplo, el votante católico, hastiado de sus mentiras. Ejemplo típico: reforma del aborto pero hay muchos otros.

3. Peperos damnificados. Que sé yo, Aznar o Gallardón. Todos aquellos a los que la soberbia indolente de Rajoy ha dejado en la cuneta. Y algún que otro voto mueven pero, sobre todo, mueven corrientes de antipatía hacia el candidato. Porque el señor presidente no es muy agradecido a los servicios presentes. En eso se parece a Aznar: ambos están convencidos de que es un honor servirles. Mismamente a ellos.

La recitación de logros económicos -además, muy discutibles- no sirven para levantar esas tres losas. Sí serviría, por lo menos para los dos últimos, una mayor humildad por parte de Rajoy. Todo lo contrario, cada día, adopta un aire más chulesco.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com