Prodúzcanse todos los alimentos posibles para matar el hambre. Luego ya nos plantearemos el medio ambiente. Ojo al dato. Viernes 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente. La ONU propone -es decir presiona, es decir, obliga- a la humanidad a una producción y consumo de alimentos en nombre de la 'sostenibilidad'. '¿De la humanidad' No, del planeta. No se pierdan el documento que nos hace llegar un entusiasta sobre el particular. Como siempre, la idea es buena pero luego se tuerce. Recuerden la definición del pensamiento moderno según Chesterton: "viejas ideas cristianas que se han vuelto locas". Digo, porque la cosa empieza recordándonos que el planeta produce alimentos para saciar el hambre de toda la humanidad -y de decenas de humanidades, si fuera el caso, añado yo- pero a renglón seguido nos explican que se desperdicia una tercera parte de los alimentos producidos. Muy cierto, eso está muy mal, pero ocurre lo mismo que cuando un hombre maltrata a su perro. El problema no es el dolor del perro sino la actitud del hombre. No me preocupa la herida del pueblo sino la denigración de su dueño. Pues bien, no me preocupa que se malpierdan alimentos por los alimentos, sino por la falta de austeridad que el hombre que no hace buen uso de los regalos de la creación. Y en el caso de que haya gente sin acceso a esos alimentos derrochados, que siempre la hay, porque no pueden acceder a dichos alimentos. Es decir, no me preocupan ni el planeta ni los alimentos. Me preocupa el hombre. Porque esa es otra idea que se ha vuelto loca. Al final, los voceros de la ONU nos cuentan que el problema no es que se derrochen alimentos mientras la gente se muere de hambre: el problema es que este sistema de producción depreda el planeta y reduce el medio ambiente (ya se sabe que los ecoprogres no quieren medio ambiente, lo quieren entero). Pues mire, no. Al planeta que le vayan dando por donde amargan los pepinos y se rompen los cestos. Preocupémonos de no tirar alimentos pero de seguir produciendo todo lo que se pueda. Del medio ambiente y del pesadito planeta me ocuparé cuando hayamos conseguido matar el hombre de todos sus habitantes. Eulogio López eulogio@hispanidad.com