- Sus promotores, con Juan Carlos Corvera y Juan Antonio Perteguer a la cabeza, no están dispuestos a lavarles el cerebro a los niños.
- Lavarles el cerebro, además, con el homosexualismo que pretende Cifuentes.
- Y la obispa de Madrid amenaza con dos cosas: con quitarles el concierto y con llevarles a los tribunales.
- Con lo primero tendría que cerrar.
- Con lo segundo, a lo mejor, incluso puede meter en la cárcel a los promotores y directivos del centro, por rebeldes.
- Y la COPE calladita, naturalmente. ¿Y los colegios católicos? También.
- Y 13TV alabando a Cristinita. A lo mejor es que algún directivo de la cadena de TV de los obispos pretende dirigir Telemadrid.
Cristina Cifuentes (
en la imagen), presidenta de la Comunidad de Madrid por el partido Popular, y aspirante a La Moncloa, se ha lanzado en tromba contra el colegio
Juan Pablo II de Alcorcón. Su director,
Carlos Martínez se ha atrevido, en carta a los padres a criticar las dos normas sobre identidad de género de doña Cristina. ¿Acaso puede permitirse la discrepancia con Cristinita?
Una carta, por cierto, estupenda, que ha obligado a
Telemadrid, los mejores tiralevitas de la Presidencia, a practicar la manipulación más grosera (la mentira para entendernos) con el sano objetivo de desacreditarla.
Por su parte,
la obispa Cifuentes reaccionó con un sano espíritu democrático: enviar la carta del director del colegio Juan Pablo II a los "servicios jurídicos". Es decir, que no sólo impone el homosexualismo en las escuelas a los niños, quieran o no quieren sus padres, en colegios públicos y religiosos sino que, además,
amenaza con retirar el concierto (y hundir el colegio) y, encima,
llevar ante los tribunales al director Carlos Martínez y a los promotores del colegio,
Juan Carlos Corvera y Juan Antonio Perteguer, este último de la Fundación Educatio Servanda. O sea, todo muy democrático. Ya se sabe que para la obispa más progre del PP el Estado de Derecho no consiste en el sometimiento de todos a la ley sino la utilización de la ley contra el adversario. ¿Y quién hace las leyes?
Cristinita.
Su norma, aplaudida por
PSOE, Podemos y Ciudadanos,
impone el homosexualismo a los niños, y lo hace en medio de una estruendoso silencio
provocado por la cobardía de los colegios a perder el concierto. La diferencia es que mientras algunos promotores de colegios católicos, como
Alfonso Aguiló, se han acobardado y cedido ante la obispa Cifuentes, no podía permitir que ningún valiente levantara la voz: Martínez, Corvera,
Perteguer lo han hecho y Cristinita va a por ellos. Éste (2016-2017)
será el curso en el que se imponga el homosexualismo en las escuelas madrileñas.
Pero con el
Juan Pablo II, la obispa Cristina se ha pasado dos pueblos, porque ha sido toda una encerrona. El ataque comienza con carta enviada por padres anónimos y por colectivos gays poco anónimos. Miren
el recado que le hace llegar la asociación homosexual Arcópoli al colegio, instándole a paliar la normativa de la obispa progre de Madrid en el Colegio.
Se ofrecen, gratuitamente, que conste, a enseñar homosexualismo a los niños. Eso sí, en nombre de la tolerancia pero
con la presión de fondo habitual: si no me dejas manipular a tus hijos (perdón, enseñar tolerancia) te advierto que Cristinita te asfixiará económicamente.
O sea, una encerrona, convenientemente manipulada por Telemadrid. Es más,
te llevará a los tribunales.
¿Qué por qué le llamo obispa a
Cristina Cifuentes? Sencillo, cuando los obispos de Getafe y de Alcalá pusieron como no digan dueñas (no era una homilía, queridos tolerantes de Arcópolis, sino una carta pastoral. Como si dijéramos, uno de vuestros comunicados sólo que recordando el Magisterio de la Iglesia)
las dos normas sobre identidad de género de Cristinita atentaban contra la libertad religiosa, contra la libertad de enseñanza y
contra la libertad de cátedra. Entonces, Cristinita, conocida por sus conocimientos teológicos, aseguró que la opinión de los obispos era eso, la opinión de dos católicos que ella conocía a otros católicos (incluso del PP, donde, al parecer, también hay católicos) que no opinaban así.
¿Comprenden?
El Magisterio de la Iglesia ya no lo marcan los obispos en comunión con el Papa: lo marca la obispa de Madrid, prelada Cristina Cifuentes.
Pero para ser obispa tiene muy mala uva. Por eso, está dispuesta a cargarse el colegio Juan Pablo II: porque
no quieren homosexualizar a los niños. O sea, como el chiste del Txomin: no murió por comer setas venenosas… sino por los golpes que tuvo que darle por negarse a comer setas venenosas.
¿Y la cadena COPE y 13TV,
propiedad de los obispos? Silenciando a los pocos valientes, incluidos obispos, es decir, sus propietarios, que se atreven a levantar la voz contra la
obispa Cifuentes. Al tiempo, alabando a la obispa, como con la famosa entrevista en 13TV, donde
ni se le preguntó por el asunto. A lo mejor es que alguien, en
13TV, está haciendo méritos para convertirse en el próximo director de
Telemadrid.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com