• Así, si la independencia tiene éxito, cuando desaparezca el enemigo español, Cataluña se topará con el vacío.
  • El secesionismo catalán tiene dos pilares: el odio a España y el narcisismo propio.
  • La insumisión puede obtener réditos políticos pero también producir el enfrentamiento civil.
Carme Forcadell (en la imagen) trabajó el 6 de diciembre, pero sólo lo hizo por fastidiar, que conste. El Día de la Constitución, la presidenta del Parlamento catalán (Parlament) fue a trabajar. Sólo lo hizo por fastidiar, que conste. Sinceramente, con ningún 'anti' se forjó ningún país, nunca jamás. Incluso si la independencia tiene éxito, cuando desaparece el enemigo te topas con el vacío. Con el vacío existencial de un pueblo, que es como el vacío existencial de una persona pero con irrefrenable tendencia al enfrentamiento civil. El independentismo catalán se basa en su odio a lo español y en un narcicismo verdaderamente patológico. Y es verdad que la insumisión catalana -pacífica en las formas, violenta en el fondo- puede obtener resultados políticos. No podemos encarcelar a tantos ilegales. Ahora bien, el problema del independentismo catalán es lo anterior: se ha forjado sobre el narcicismo propio y sobre el odio a España. Y con esa vanidad y ese 'anti' nada se construye. Eulogio López eulogio@hispanidad.com