- Lenin también pactó con los mencheviques… hasta que dejó de necesitarles.
- Ácrata y tirano son dos caras de una misma moneda.
- Anarquismo y tiranía son una misma cosa.
Parecen antitéticos pero anarquismo y tiranía son una misma cosa. No sólo en sus consecuencias sino también en sus protagonistas. Por ejemplo, en Pablo Iglesias (
en la imagen), líder de Podemos. Ahora, Iglesias, nacido del magma ácrata y asambleario del 15-M, una vez constituido en instrumento de poder, quiere comportarse como el leninista que es: ¡aquí no se mueve nadie! Y como Lenin, si puede obtener el poder en solitario lo hace. Si sus opciones se diluyen entonces opta por aliarse con aquellas fuerzas -la Casta- a las que antes despreciaba. Por ejemplo, con el PSOE de Pedro Sánchez.
Ahora, Pablo Iglesias tiene un problema: le faltan votos para conseguir su sueño de pasar de Mordor (Facultad de Políticas de la Complutense) a La Moncloa. Pedro Sánchez el indocumentado puede llegar a La Moncloa gracias a otra carambola histórica, como la de Zapatero, presidente gracias al horrible atentado del 11-M. Sánchez puede llegar gracias a un Rajoy que es un buen gestor pero que ha traicionado sus principios (o no lo ha tenido nunca) y la combinación del enfado de los españoles con el PP y a que esos mismos españoles han caído en la cuenta de que Iglesias es una burbuja a punto de estallar.
Y entonces es cuando Lenin-Iglesias decide que la única manera de no diluirse como un azucarillo y pasar a ser una anécdota en la historia de España es aliarse con el indocumentado de Pedro Sánchez. Podemos y PSOE, un Lenin y un chisgarabís unidos, que bien podrían arrebatarle el Gobierno a la derecha.
Y todo, porque también Lenin era capaz de apoyar a los mencheviques. Hasta que dejó de necesitarles.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com