- Tsipras es un caradura, porque los golpes de los prestamistas siempre van a caer sobre los griegos, no sobre el Gobierno griego.
- No es una cuestión de Grecia sino del mundo entero. Cuando una deuda no se puede pagar viene la condonación o el expolio.
El siglo XXI se caracteriza, no ya por el océano de liquidez en el que nos movemos, sino porque todo el mundo le debe algo a alguien. En concreto, los Estados deben mucho dinero a los particulares.
Vamos con Grecia.
Tsipras tiene mucha cara y es posible que los griegos paguen muy caro en sus propias carnes la jetadura de su primer ministro, engañados por la demagogia de este buen marxista, el amigo de Pablemos.
Ahora bien, no se trata de buscar culpables sino soluciones. Y entonces nos encontramos con que, por más que Merkel asegure que no habrá quita en la renegociación con Grecia,
Grecia jamás podrá pagar la deuda asumida.
Históricamente, las deudas incobrables se solucionaban de dos formas: o jubileo o muerte. Sí, o condonación y vuelta a empezar o conquistando al prestatario… o el prestatario al prestamista.
Con lo que quiero decir que cuando Europa ahorma a Grecia exigiéndole ajustes puede estar en lo justo, pero conste que está apretando el cinturón a los griegos, no al Gobierno heleno.
El señor Tsipras no sufre restricciones de liquidez.
Y, en cualquier caso, la liquidez, se ha disparado en el mundo pero la deuda también. Llegará un momento en que haya muchas 'grecias'.
Y entonces deberemos elegir, entre jubileo y muerte. Creo que lo primero es mejor. Lo inventó un economista llamado Moisés. Él lo propuso de grado pero a lo largo de la historia muchos lo han aplicado a la fuerza. No les quedaba otro remedio.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com