- Son fusiones a la fuerza. Las nacionales, porque no se admiten bancos pequeños.
- Las internacionales porque cada gobierno quiere tener bancos poderosos como complemento de su poder político.
- ¿Razones bancarias? Ni una.
- Es más, las fusiones y, en general, la obsesión por ser grande, constituye el camino hacia la nueva crisis financiera.
Hispanidad fue el primero en insistir en que se avecinaba una nueva etapa de
fusiones bancarias, tanto nacionales como internacionales. Nacionales porque así lo imponía el FROB. Internacionales porque así lo impone el Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS), el BCE y la Comisión Europea. Porque el tópico es ese:
lo grande es bueno, lo pequeño es malo. Esto es: la más
colosal estupidez que vieron los tiempos modernos.
Es justo al revés, pero es más fácil romper el átomo que romper un prejuicio.
Es como si todos nos hubiéramos vuelto locos. Se mide la bondad de la gestión según los recursos propios, cuando no tiene nada que ver. Un buen banco no es un banco que tiene mucho capital, sino aquel que tiene poca
morosidad.
Pero a los políticos les encanta el
oligopolio bancario -pocos bancos, muy grandes- que compre la deuda bancaria que ellos emiten. A los banqueros también; primero por pura egolatría, mejor presidir un banco grande que otro pequeño y segundo porque si eres un banco sistémico cuando metas la pata, alguien vendrá a salvarte… con el dinero de todos los ciudadanos, claro está.
Así que, si se producen fusiones, y creo que se van a producir, serán fusiones forzadas. Al menos, no gustarán a los banqueros honrados, serán fusiones muy a su pesar.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com