• El descubrimiento de América no fue el encuentro de dos culturas.
  • Una cultura superior -la cristiana europea- absorbió a otra inferior -la amerindia-.
  • Los españoles prohibieron los homicidios idolátricos y otras bestialidades de la 'cultura' indígena.
  • ¿Alguien se ha preguntado por qué cuatro gatos conquistaran los imperios azteca y maya?
  • Y hubo mestizaje. Donde hubo genocidio fue en la conquista británica.
Creo, aunque no estoy muy seguro, que la labor de un Papa no consiste en decirle a cada cual lo que quiere oír. Entre otras cosas porque la conversión existe el reconocimiento del propio pecado. Si no, vamos mal. Por ejemplo, no conviene decirle al indígena que el indigenismo era bueno y que su cultura no era inferior (se supone que es inferior a la de los conquistadores españoles). Sencillamente sí que era inferior. No existe el encuentro de dos mundos sino la llegada de una civilización superior a la amerindia: la civilización cristiana europea. Por otra parte, no se debe criticar la "conversión forzosa" cuando todo el mundo sabe que el cristianismo, una religión de amor, no se puede imponer. No es que no se deba, es que no se puede. A nadie le puedes obligar a amar. Lo que sí se puede, y se debe, imponer es el cese de los homicidios idolátricos y otras bestialidades de la 'cultura' indígena. Sí, por la fuerza, como hicieron los españoles. No es el encuentro de dos culturas porque la cultura española será superior a la indígena. Y la religión aún más. ¿Alguien se ha preguntado por qué cuatro gatos conquistaran los imperios azteca y maya? Pues porque muchos indios vieron en ellos a los libertadores. Indios e indias, pues los sacrificios humanos, una sociedad de castas y el desprecio al papel de la mujer eran las claves de una sociedad politeísta y especialmente cruel. Por eso muchos indios se pasaron al "invasor", al colonizador español. Y en la malvada colonización española hubo mestizaje. Donde hubo genocidio fue en la conquista británica. Por otra parte, parece curioso que, una vez más, en Iberoamérica, no se haga mención alguna -es más, se le critique velada o abiertamente- a la evangelización española de América, gracias a la cual, un tal Jorge Bergoglio, por ejemplo, fue educado en la fe en el seno de una familia cristiana. Bien está que un Papa critique los excesos de los conquistadores católicos, españoles. Los hubo y no tienen justificación. Pero de eso no es de lo que estamos hablando, ¿verdad? Y es que la conversión, insisto, exige el reconocimiento del pecado. Eulogio López eulogio@hispanidad.com