• Es decir, más embusteros.
  • La quejumbrosidad femenina se ha convertido en sentencia definitiva y justa.
  • Se olvidan de que la ley contra la violencia de género es injusta: el varón siempre es culpable.
  • Y el problema continúa siendo la degeneración de la mujer actual, más degenerada aún que el varón.
  • Es decir, por desmoralizadas, degeneradas; por degeneradas, desquiciadas.
Al parecer, no ha gustado mucho -al menos a algunos lectores de Hispanidad- mi artículo del viernes sobre el montaje de la violencia machista. Pues habrá que insistir, corregido y aumentado, ante el desvelo de lo políticamente correcto, que no es otra cosa que lo que recibe premios y galardones. Lo políticamente correcto jamás es premiado. Naturalmente que estoy en contra de que un hombre utilice su mayor fuerza física para golpear, incluso asesinar, a su mujer. Pero eso resulta una obviedad y no agota la cuestión. El lobby feminista está aprovechando para convertir la quejumbrosidad femenina en ley y sus reclamaciones en venganza. En esos vídeos feministas con los que hoy nos están inundando las televisiones aparece uno de una mujer, sobre fondo oscuro, que repite: "Y venga decirte que eres mala, que eres mala". ¡Venga ya, campeona! No te lo crees ni tú: es más propio que en ese punto machaque la mujer al varón, no al revés. Al final, el escenario en el que colabora con entusiasmo la clase política, la derecha y la izquierda, luchando ambas por ver quién es más feminista. Quejumbrosidad. Como decía Giovanni Guareschi: si no tuvieran el consuelo de hablar, ¿cómo podrían sobrevivir estás pobres mujeres condenadas a sufrir en silencio? Y todo esto ha acabado en una ley contra la violencia de género, tan unánime como injusta: el varón es culpable mientras no se demuestre lo contrario. De postre, la lucha de sexos es más dura que nunca. Lógico: el varón no va a soportar la cacería y, mucho me temo, que el asunto se complicará aún más. Y es que esto de la ideología de género es una maravilla. Eulogio López eulogio@hispanidad.com