• Ningún sincero presume de sinceridad ni ningún honrado se jacta de honradez.
  • Hay muchas corrupciones, no sólo la económica. Está la corrupción de la verdad, la corrupción de la libertad, la corrupción de la justicia y luego el soborno, es decir, la corrupción del dinero.
  • Así, podemos deducir que el honesto Pedro es un tipo corrompido hasta las corvas.
  • Respecto al soborno puro y duro, todavía no le ha dado tiempo. Su carrera política ha sido breve y poco enjundiosa.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (en la imagen) ha reiterado, el miércoles, durante la última sesión de control parlamentario al Gobierno, que es un hombre honesto y honrado. Ya saben: honrado se refiere a lo que acaece de cintura para arriba. Honesto, por el contrario, de cintura para abajo. Pero esos distingos no hacen referencia al honesto Peter. Un tipo legal, si ustedes me entienden. Es honrado, no como Rajoy, que es un corrupto, embustero y, en líneas generales, uno de nuestros peores ciudadanos. El secretario general del PSOE se califica a sí mismo como el honrado Pedro y asegura que todo va a cambiar cuando él llegue al poder. Es como el honesto John, vendedor de coches usados en Norteamérica. La verdad es que ningún sincero presume de sinceridad ni ningún honrado se jacta de honradez. En el presente caso, Sánchez hace bien. En España, por corrupción solo entendemos que alguien meta la mano en la caja. Aún así, como Sánchez todavía no ha tenido tiempo de perpetrar esta modalidad, puede presumir de honrado. Otra cosa sería que analizáramos otras corrupciones más graves en las que Peter Sánchez es un especialista consumado, a pesar de su juventud. Por ejemplo, su política pro-muerte, empeñado en asesinar cuantos más niños mejor y, en breve, cuantos más ancianos mejor. O también, que habláramos de la corrupción del trasfuguismo, pues el honesto Sánchez ha premiado a Irene Lozano, la chica que tanto criticaba la corrupción del PSOE, con un cargo en las listas del PSOE (no sabe qué perla ha metido en casa). O podríamos hablar de la corrupción que supone obligar a los padres que desean que sus hijos reciban una educación cristiana en el cole a pagar dos veces: una por su hijo y otra por los hijos de los demás; una por la escuela pública y otra vez por la privada. ¿Y qué decir de la sinceridad sobre el propio currículum?, porque el honesto Pedro, sobre todo en materia universitaria, o de elaboración de la tesis doctoral (oiga, por esa razón han dimitido ministros en Alemania y presidentes en Hungría), no puede presumir de historial académico ni de transparencia. Con decirles que Paul Iglesias tiene mejor currículum universitario que Peter Sánchez... En plata, hay muchas corrupciones, no sólo la económica. Está la corrupción de la verdad, la corrupción de la libertad, la corrupción de la justicia y luego el soborno, es decir, la corrupción del dinero. El honesto Pedro es un tipo corrompido hasta las corvas. Respecto al soborno puro y duro, todavía no le ha dado tiempo. Su carrera política ha sido breve y poco enjundiosa. Eulogio López eulogio@hispanidad.com