Como siempre, ha tenido que ser el argentino Juan Claudio Sanahuja (ese cura que todo superior desearía tener en su congregación a condición de tener sólo uno) quien ha caído en la cuenta de las declaraciones del cardenal Burke (en la imagen). O sea de ese obispo fanático de ultraderecha, cavernícola y decimonónico; vamos, un cura que ama a Cristo. Y es que en tiempos de saturación informativa hay que recurrir a quienes saben distinguir el grano de la paja. O sea Sanahuja. Porque yo no sé. 

Y entonces va Sanahuja, en su página, Noticias Globales, y recoge las declaraciones de monseñor Leo Burke quien asegura, para no perder el tiempo, que se ha manipulado el Sínodo. En concreto, apunta que en el interior de la reunión, salvo los del equipo majadero habitual, no se habló de dar la comunión a los divorciados y arrejuntados, por la sencilla razón de que sería promocionar el sacrilegio desde la misma Iglesia.

Confusión, esa palabra prohibida… que parece definir el papado de Francisco

Aunque lo afirman todos los medios informativos, que hablan de oídas, porque este Sínodo ha sido muy poco trasparente, al menos hasta ahora. En el Sínodo se habló de otras cosas, que preocupaban a la mayoría de los católicos, los que creen en Dios, e incluso aman a Dios, como la promoción de la planificación familiar, el ecopanteísmo latente, cada vez más explícito, o la persecución a las familias numerosas, los personajes más valientes del momento actual. 

Volvemos a lo de siempre. Yo palabra que no quiero citar el concepto porque hay amigos que me riñen mucho en cuanto lo hago, pero si hay algún peligro -junto a un montón de cosas bonísimas- que percibo en el Papado de Francisco y es que se convierta en el Papado de la confusión, con todo el Nuevo Orden Mundial (NOM) empeñado en manipular su mensaje. ¡Cuidado!

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com