- Si la ONU y los líderes mundiales creyeran en el calentamiento global estarían pidiendo energía nuclear y no renovables.
- La energía nuclear no calienta el planeta, no contamina, no colabora al cambio climático.
- La energía nuclear es la energía de los pobres, la más barata, la más intensiva, la más inagotable.
El problema de la globalización es que todo tiende a mundializarse y a generalizarse. Desde las marcas que vemos en los aeropuertos, el esperanto -aproximadamente, el inglés-, la gastronomía, los paradigmas… y las necedades. No, no piensen mal: no todos los paradigmas son necios, si bien la mayoría.
Por ejemplo, el calentamiento global se ha convertido en una verdad incontestable… y pobre de aquel que conteste y disienta. Ahora bien, supongamos que, en efecto, existe un calentamiento global y un cambio climático que va a producir tragedias sin cuento.
Aceptemos que los sesudos cálculos de los científicos y/o ecologistas -que en este punto fallan más que una escopeta de feria- sean ciertos. Aceptemos que, con razón, nos han citado para el
desastre ecológico en una fecha no muy lejana, aceptemos que los gases que lanzamos a la atmósfera, y que han matado el hambre en el mundo. Se revolverán contra nosotros y provocarán hambrunas, patología y muerte, a lo mejor incluso en ese orden.
Pues bueno, en ese caso,
la conclusión clara y evidente de la Cumbre COP21 no sería relanzar las
energías renovables, la eólica, la solar y la biomasa, sino la energía nuclear. Primero la de fisión y luego seguir investigando en la nuclear de fusión, que sería la presuntamente energía definitiva de la humanidad.
Claro que tiene sus riesgos, la vida es riesgo. Ahora bien, la energía nuclear no calienta el planeta, no contamina, no colabora al cambio climático. Y en la parte positiva, la energía nuclear es la energía de los pobres, la más barata, la más intensiva, la más inagotable.
Sin embargo,
no he oído hablar de energía nuclear en la Cumbre de París. Quizás por el Nuevo Orden Mundial (NOM) no quiere alimentar a la humanidad, lo que quiere es disminuir el tamaño de esa humanidad. Para ser exactos le sobra toda la humanidad, excepto aquellos que están directamente a su servicio.
Pero entonces dígalo buen hombre, dígalo. Porque lo que llega de la
COP21 de París no es más que una enorme, gigantesca, global, tomadura de pelo… Y una necedad del mundo mundial.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com