La capacidad de olvido de los humanos está en relación directa con el peligro que sienten por las amenazas concretas. ¿Recuerdan el ébola en España? Desplazó de pronto cualquier otro problema a raíz del primer caso de contagio, el de Teresa Romero, y lo olvidamos después sin remedio. A los franceses les pasará lo mismo con el terror yihadista. Con el tiempo y si afortunadamente no hay otro 'susto', dejarán atrás progresivamente la psicosis en la que han vivido desde los atentados contra Charlie Hebdo y el supermercado judío.

El genocidio sistemático de cristianos no puede dejar de ser noticia, a pesar de nuestra capacidad de olvido
Hay realidades, sin embargo, que a pesar de nuestra infinita capacidad de olvido, siguen siendo una lacerante muestra de la crueldad humana. Una de ellas, la persecución a los cristianos en Irak y sus horribles imágenes de la matanza. A mí me lo recuerda al menos cada vez que leo el 'wasap' que me llegó de un religioso desde ese país cuando los yihadistas del Estado Islámico tomaron Qaraqosh, la ciudad cristiana más importante de Irak.



El 'wasap' lo escribió, en concreto, un dominico, Lorenzo Pascua, para informar a Manos Unidas: "Como el ejército iraquí acaba de perder la ciudad de Qaraqosh a las fuerzas del Estado Islámico, conforme van entrando en la ciudad van decapitando sistemáticamente a todos los niños varones y haciendo esclavas a las niñas. Están ya a 10 minutos de donde estamos trabajando nosotros. Miles de cristianos y otros no-islámicos han huido a la ciudad de Erbil, que ha sido evacuada por el personal de la ONU. Hemos decidido delante del Señor quedar donde estamos porque la población que queda no tiene otra ayuda. Necesitamos vuestra cobertura de oración: que el Señor frene esta locura de fanatismo extremo que ofrece solo conversión forzosa al islam o una muerte cruel para los cristianos y otros en toda esta área.

Por favor, no te quedes con este mensaje; hazlo circular tan ampliamente como sea posible, donde haya creyentes que oran. Si no nos ponemos en la brecha que el enemigo está abriendo en la muralla, ¿quién lo hará?

Desgarrador y, a pesar del tiempo transcurrido desde entonces, actual. Irak y Siria, sin embargo, no son los únicos puntos del Planeta en los que los cristianos son perseguidos, simplemente por eso: por mantener la fe en la vedad revelada por Cristo. En esos países y en otros africanos (Nigeria, Sudán, Camerún, Níger) están siendo objeto de un genocidio sistemático. Ese terrorismo baja en intensidad  en otras naciones de Asia, con un balance igualmente mortífero: Pakistán, India, Malasia. Y de terrorismo desciende a presión insoportable en todos los países de mayoría musulmana. En todos ellos están 'condenados' al silencio o a una vida de parias (Egipto es el caso más claro con los coptos).

El holocausto practicado por el Estado Islámico (EI) no debería dejar de ser noticia nunca hasta que acabe. Conocemos sus atrocidades desde junio (y que las conozcamos no quiere decir que comenzaran entonces; fue mucho antes). Fue en esas fechas cuando el Papa Francisco dijo que el número actual de mártires en el mundo es estremecedor, que superaba con creces las cifras de santos muertos por la misma causa durante las persecuciones del imperio romano. Y el EI todavía sigue matando sin piedad, sin ninguna sombra de humanidad. Naciones Unidas ha vuelto a recordarlo esta semana: las crucifixiones, las lapidaciones, el castigo "cruel e inhumano' de los 'tribunales de la sharia' forma parte de la vida cotidiana en ese país. Se trata de una violencia sistemática, de una violencia permanente, contra las minorías religiosas, entre las que están los cristianos. No hay indiferencia posible ante ese sufrimiento atroz que padecen miles de inocentes.

Saquen conclusiones y no olvidarán fácilmente.

Rafael Esparza

rafael@hispanidad.com